El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su horror por la catástrofe desencadenada en Japón a raíz del terremoto del pasado viernes. Ante la extraordinaria gravedad de esta crisis humanitaria y económica, el presidente del partido, Juan Pina, ha enviado hoy una carta de condolencia y aliento al embajador japonés en España, en la que expresa el deseo de una pronta recuperación de la normalidad social y económica. Es ejemplar la labor de comunicación del gobierno japonés y la alta transparencia informativa, que contrasta con el oscurantismo soviético durante la crisis de Chernóbil en 1986.
Los sucesos de la central de Fukushima-Daiichi no ponen en entredicho la seguridad de la producción nuclear de energía en el mundo actual. Al contrario, si algo está demostrando la crisis japonesa es la robustez de los sistemas de seguridad de las centrales nucleares actuales y de los protocolos internacionales de supervisión y de actuación frente a situaciones como la actual. Ni siquiera uno de los peores terremotos de la historia ha provocado el holocausto nuclear que vaticinaban los críticos de esta forma de producción energética, en un país situado sobre la falla más activa del planeta y lleno de centrales nucleares. Sólo once de las casi sesenta centrales japonesas han tenido que realizar paradas de seguridad.
Frente a una energía nuclear limpia, económica y segura, el lobby antinuclear trabaja por la continuidad de los combustibles fósiles, altamente contaminantes y generadores de indeseables relaciones de dependencia geopolítica que favorecen a algunos de los regímenes más liberticidas del planeta, así como por el inmenso negocio de las llamadas energías renovables, negocio que en general no se basa en la producción energética sino en las subvenciones con cargo al bolsillo de los contribuyentes.
El P-LIB pide serenidad respecto a los acontecimientos de Japón, rechaza el alarmismo de buena parte de los medios de comunicación y recuerda que ni España ni los países vecinos son zonas de riesgo sísmico, y que a pesar de ello nuestras centrales nucleares, por imperativo de la OIEA, se construyen con estándares de seguridad que prevén riesgos como los de esas zonas. Extrapolar los acontecimientos de Japón al caso europeo o español es una irresponsabilidad.