El Partido de la Libertad Individual se opone al medio empleado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y por los diversos gobiernos autonómicos (tanto conservadores como socialistas) para alcanzar el objetivo de que todos los alumnos de la escuela pública cuenten con ordenadores portátiles.
Una vez más, los dos grandes partidos políticos colectivistas, PP y PSOE, actúan contra la libertad de elección del ciudadano y contra el derecho de propiedad, al comprar enormes lotes de ordenadores ultraportátiles para entregarlos a los alumnos en calidad de usuarios. El P-LIB considera una opción preferible (dentro del marco de un sistema educativo como el actual), permitir que sea cada familia quien compre a sus hijos ordenadores que respondan a unas determinadas condiciones comunes mínimas, y hacer esa inversión íntegramente desgravable en la declaración del IRPF. De esta manera, cada alumno y sus padres escogerían el modelo, el aspecto externo y las características deseadas. Además, el alumno se sentiría propietario de una herramienta esencial hoy en día, y no mero usuario de un material cedido temporalmente por la escuela e idéntico a todos los demás de su clase.
Pero lamentablemente, la medida adoptada forma parte del pensamiento uniformador y alienador de la individualidad que caracteriza a ambos grandes partidos, y además les permite realizar enormes pedidos de ordenadores que probablemente dejen suculentas comisiones a quien corresponda.
En cualquier caso, el P-LIB reitera su propuesta de una educación realmente libre y de calidad, objetivo que sólo se conseguirá expulsando al Estado de las aulas. Creemos que la universalidad de la educación no es suficiente: debe acompañarse de calidad. El Estado actualmente garantiza la universalidad manteniendo un sistema público de segunda, masificado y burocratizado. Frente al mismo, pensamos que todos los niños deben acceder a la educación privada ofrecida por instituciones educativas lucrativas o no, y que esto puede combinarse con un sistema de cheque escolar que permita a todas las familias elegir realmente entre opciones privadas, sin condenar a los niños de rentas más bajas a una educación estatalizada.