La aprobación parlamentaria de la ayuda de cuatrocientos veinte euros constituye un error de gran alcance en este momento de crisis económica aguda. El P-LIB considera además inaudito que el Partido Popular se haya sumado al carro de la propuesta y haya votado a favor de una medida tan injusta y populista. El PP incurre nuevamente en su eterno complejo de inferioridad ideológico, que le lleva a querer parecer más socialdemócrata que el propio PSOE en política económica.
Esta es una medida que discrimina a quienes perdieron su empleo antes de enero, al inicio de la crisis, y a quienes lo perderán una vez alcanzados los indicadores económicos establecidos arbitrariamente por el Gobierno. Seguimos sin comprender por qué es más digno de ayuda quien se queda sin empleo a la vez que muchos otros, frente a quien se queda sin empleo en solitario. Por último, la medida incurre una vez más en la estrategia a todas luces suicida de vaciar las arcas estatales para maquillar los malos datos económicos. Como siempre, la duda inmediata es qué hará el gobierno una vez haya agotado esas arcas. La respuesta es evidente: subir más aún los impuestos.
El presidente Zapatero debe definir de una vez cuál va a ser la subida que finalmente llevará a cabo, porque el clima actual de incertidumbre daña más aún la confianza de los ciudadanos y de los inversores. En todo caso, es un gravísimo error subir los impuestos en momentos de crisis generalizada. Lo que resulta claramente imprescindible es reducir el gasto público a la mínima expresión posible y dejar tanto dinero en los bolsillos de la gente como sea posible, para permitir que se recupere el consumo y con él el comercio, la industria y la contratación. Medidas demagógicas como la de los cuatrocientos veinte euros sólo logran convertir a miles de ciudadanos en dependientes económicos del Estado, al tiempo que dificultan la recuperación que podría haberles facilitado un empleo.
