La marcha contra el aborto convocada por organizaciones del entorno confesional que se hacen llamar pro-vida, y apoyada por la cúpula del PP, es un ejercicio típico de arrogancia de las masas frente al individuo, con intención de amedrentarle y condicionar su acción. Por supuesto, el P-LIB respeta el derecho de esas organizaciones y de sus integrantes a manifestarse. También están en su perfecto derecho de adoptar, en su vida privada, decisiones morales acordes con su fe. A lo que no tienen derecho alguno es a intentar forzar las decisiones de otros individuos imponiéndoles una legislación coercitiva que les obligue a tomar las mismas decisiones que ellos adoptarían.
El P-LIB considera que en la sociedad española hay un consenso suficiente en torno a esta cuestión, por más que las organizaciones convocantes puedan reunir en las calles de toda España a un millón de personas o más. Pero en cualquier caso, daría lo mismo que el noventa por ciento de la población compartiera la visión llamada pro-vida o la perspectiva confesional sobre el aborto: seguiría primando el derecho inalienable de cada individuo, soberano siempre sobre su vida, su cuerpo y su opción reproductiva.
Para el P-LIB, la democracia es el mejor sistema para la toma de aquellas decisiones que necesariamente deban adoptarse de forma colectiva. Pero las decisiones de índole moral no son colectivas, sino estrictamente individuales. El P-LIB pide respeto para la opción de cada individuo, sea cual sea. Estamos a favor de la soberanía personal y en contra del colectivismo, ya venga de la izquierda marxista o de la derecha tradicionalista.
El P-LIB, por la decisión libre de cada mujer respecto al aborto.