El P-LIB se opone a la inminente desactivación de cuatro millones de números de teléfono móvil (de tarjeta), y coincide con las operadoras de telefonía en solicitar al Ministerio del Interior una prórroga para los usuarios que deseen declarar su identidad. En todo caso, no compartimos la obligatoriedad de que los números de teléfono lleven necesariamente aparejada una identidad concreta. Es cierto que las tarjetas prepago anónimas podrían utilizarse para delinquir, pero el porcentaje de casos en que esto ocurre es mínimo y no justifica una medida como ésta, que una vez más incide en la privación del derecho al anonimato y al secreto de las comunicaciones.