El P-LIB no puede respaldar las movilizaciones de taxistas convocadas para hoy en diversas comunidades autónomas. Mediante las movilizaciones de hoy, las organizaciones convocantes pretenden mantener o incrementar protecciones y privilegios que perjudican al usuario restándole capacidad de elegir.
El sector del Taxi está hiperprotegido en nuestro país por una legislación y unas ordenanzas municipales extraordinariamente intervencionistas, frente a las cuales el P-LIB, como en cualquier otra actividad económica, pide una profunda liberalización. La dificultad en la obtención de licencias es una manera de generar escasez y aumentar artificialmente los precios. La falta de competencia entre marcas perjudica en muy gran medida al consumidor, que no puede optar al servicio o al rango de precios de la compañía de taxis de su elección, teniendo que conformarse con un servicio absurdamente uniformizado por el Estado, en este caso en su forma municipal. Para muchos ciudadanos el taxi se ha convertido con el paso de los años en un servicio inaccesible, con precios prohibitivos y condiciones de prestación que no siempre son las idóneas.
Los taxistas deberían percibirse a sí mismos como lo que son: pequeños empresarios que están en su derecho de trabajar independientemente o bien de agruparse en empresas (cooperativas o convencionales) para diferenciar su marca, su servicio y sus tarifas. La diversidad de opciones siempre redundará en beneficio de la sociedad. El P-LIB propone descolectivizar esta actividad económica, y reivindica un sector del Taxi plenamente libre, competitivo y plural.
Movilizaciones como las de hoy nos reconfirman en nuestra convicción de que el intervencionismo económico y el Estado omnipotente siempre son injustos, porque transfieren riqueza de la mayoría de individuos no organizados a las diversas minorías organizadas, en función de la capacidad de coacción que tenga cada una.
P-LIB