No al préstamo de dos mil millones a Grecia

El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera acertada la firmeza del gobierno alemán respecto al rescate griego, y teme que el acuerdo europeo alcanzado ayer para plantear créditos bilaterales como último recurso abra en realidad la puerta a una sangría al contribuyente. Grecia no debe ser rescatada con dinero público ajeno. Debe buscar en los mercados internacionales capitales dispuestos a asumir el riesgo considerable de prestar a Atenas, y atenerse a las condiciones draconianas que sin duda se le exigirá a cambio de tal riesgo. Grecia no tiene derecho a escapar de las durísimas consecuencias de su propia estupidez económica, de su estatalismo, de su pésima gestión y de su alquimia contable. Tendrá que soportarlas. En cualquier caso, dentro de la actual estructura económica internacional (emanada de las instituciones de Bretton Woods, que llevan décadas imponiendo recetas keynesianas al mundo entero), tiene más sentido que Grecia acuda al Fondo Monetario Internacional, que rescatarla con dinero público del resto de Europa en medio de la peor crisis económica vivida desde la Segunda Guerra Mundial.

El coste del rescate griego, que algunos cifran en casi cien mil millones de euros, es sencillamente inasumible, y Atenas debe soportar en solitario las consecuencias mediante un plan de durísimos ajustes para salir de la bancarrota, incluso abandonando temporalmente la Eurozona para no poner en riesgo al Banco Central Europeo, como sin duda ocurrirá de continuar las políticas intervencionistas. El caso griego evidencia la necesidad global de un cambio de paradigma económico que nos lleve a garantizar el valor del dinero mediante patrones objetivos como el oro, evitando su arbitraria manipulación por parte de los bancos centrales, así como a impedir la creación de riqueza artificial mediante sistemas fraccionales, y las expansiones de crédito irresponsables cuyo efecto estamos sufriendo en todo el continente y a nivel global.

Es contrario a la ética más elemental que los ciudadanos del resto de Europa tengan que costear el rescate “si la financiación obtenida en los mercados resulta insuficiente”, según prevé el acuerdo alcanzado. Para el P-LIB, la cifra de dos mil millones de euros que se baraja como posible préstamo del Estado español al griego sería motivo justificado para una rebelión fiscal de la ciudadanía. El país que alberga la mitad del desempleo europeo no puede dedicarse a prestar dinero a aquellos que difícilmente podrán devolverlo, cuando al mismo tiempo está subiendo impuestos como el IVA a sus propios ciudadanos. Es sencillamente intolerable.

 

P-LIB

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