El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera que la propuesta formulada ayer por el Gobierno a los agentes sociales no resuelve el problema del alto coste de las indemnizaciones para las empresas. En todo caso, lo que hace es reducir en algunos casos la indemnización y cargar sobre los contribuyentes una parte del coste de las indemnizaciones, lo que resulta extraordinariamente injusto y contrario a la ética más elemental.
Como ayer explicó el presidente provisional del P-LIB en una entrevista radiofónica, corresponde a los trabajadores y sus empresas atender contingencias laborales como las derivadas del despido. El mecanismo para ello es un sistema de cuentas de capitalización individualizada que cada trabajador lleve consigo a lo largo de su vida laboral, recurriendo a ellas en los momentos en que sea despedido. Estas cuentas sirven para atender tanto la indemnización por despido como la mayor parte de la prestación por desempleo, y secundariamente puede estudiarse que una parte del capital acumulado pueda reservarse para bonificar la contratación en la siguiente empresa, en los casos de mayor dificultad.
El P-LIB lamenta que la posición del Gobierno sea incluso menos avanzada que la de Comisiones Obreras, que al menos partía de la base de la capitalización para atender las contingencias, y no del traslado del esfuerzo indemnizador desde las empresas a los contribuyentes. Para el P-LIB, la propuesta formulada ayer por Corbacho es incompatible con las opciones derivadas del llamado modelo austriaco. Es evidente que o se sigue parcheando el sistema actual, variando los días de indemnización por año trabajado y asumiendo el Estado una parte de la misma, o se adopta realmente un sistema de capitalización basada en cuentas personalizadas. El Gobierno se sitúa a la izquierda que Comisiones Obreras y parece decantarse por la opción más colectivista, más estatalizadora, menos flexible y menos capaz de generar confianza y libertad para empleados y empleadores.
El P-LIB considera que las altísimas cargas laborales que hoy soportan las empresas deben tender a reducirse, no a ampliarse, y que existe margen suficiente para acometer la implementación de un sistema de cuentas de capitalización individualizada para cada trabajador sin que ello suponga un coste mayor para las empresas ni para los contribuyentes. El P-LIB prefiere que ese sistema sea gestionado por entidades privadas en régimen de competencia.
El P-LIB reitera su propuesta de un sistema similar para las pensiones de jubilación, basado también en la capitalización individualizada.