El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera impresentables las declaraciones efectuadas por el eurodiputado del PP José Manuel García-Margallo, ponente del reglamento sobre la autoridad bancaria europea, quien ha señalado que «queremos es una autoridad bancaria fuerte, que no esté en manos de la Comisión y que sea responsable ante el Parlamento» y que es necesario «reforzar el protagonismo de la Autoridad Bancaria Europea en la elaboración de las normas de regulación de los servicios financieros». El señor García-Margallo, procedente de la antigua democracia cristiana nucleada en torno al Partido Demócrata Popular y asimilada por el PP, es un buen ejemplo de cómo la inmensa mayoría del PP no es liberal, no lo ha sido nunca y no lo será jamás. Como en todos los grandes partidos de centrodeercha europeos, en el PP es hegemónica la corriente democristiana-conservadora. Los pocos liberales auténticos están siempre marginados y eso no va a cambiar porque el liberalismo es incompatible con la visión estratégica de un gran partido de masas que pretenda alcanzar mayorías amplias. El PP es miembro de la Internacional Demócrata de Centro (democristiana) y de la Unión Demócrata Internacional (conservadora) pero por supuesto no es ni ha sido nunca miembro de la Internacional Liberal. El P-LIB trabaja por un espacio propio y diferenciado para los liberales españoles, que les permita completar mayorías y servir como freno ante el intervencionismo económico y social tanto de los colectivistas de izquierdas como de los de derechas.
El P-LIB desconfía de la autoridad bancaria propuesta, cuyo objetivo es intervenir aún más la economía. Es una temeridad dejar en manos del Parlamento Europeo una autoridad destinada a la regulación y el control de la banca. La única autoridad bancaria legítima es la que establece un patrón monetario objetivo e invariable y a continuación verifica que los depósitos se hallan respaldados y que los bancos comerciales no pueden crear dinero «del aire».