El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) señala los malos resultados que, un año más, recoge para España el informe PISA, que nos sitúa nuevamente por debajo de la media de la OCDE en cuanto al éxito académico de nuestros niños y jóvenes. El P-LIB reitera su apuesta por un sistema de enseñanza íntegramente privado que se desarrolle en condiciones de competencia entre centros. El P-LIB cree que todos los ciudadanos deben poder escoger centros privados, ya sea pagando o canjeando un cheque escolar aquellos que no puedan costear la educación de sus hijos. Es destacable que países como Suecia, cuna del estatalismo socialdemócrata, hayan optado por sistemas de cheque escolar y libre elección de centro.
Al desaparecer las nefastas escuelas públicas y la competencia desleal del sistema estatalizado de educación, el sector educativo se verá sometido a una fuerte competencia en beneficio de la calidad y de la bajada de precios. En esas circunstancias, el porcentaje de familias a ayudar mediante cheque escolar se reducirá considerablemente. Debemos llamar la atención sobre el hecho de que los centros privados pueden pertenecer a grandes cadenas o ser pequeñas empresas, incluso en régimen de cooperativa de profesores. También se puede articular sistemas de inversión para que las familias participen del accionariado de los centros. E incluso puede haber, como actualmente, multitud de centros regentados por entidades no lucrativas, ya sean de carácter religioso o no. En definitiva, la libertad económica permite soluciones de muy diversa índole, todas ellas superiores a la gestión burocratizada, inflexible, masificadora y de pobres resultados que provee el Estado e incluso el sistema de concertación.
El P-LIB considera necesario recuperar el prestigio social del profesorado y destinar a estos profesionales los recursos que merecen. Estamos convencidos de que esto se consegurá en el sector privado con la aparición de auténtica competencia y la desaparición del dumping laboral que ejerce el público. Al mismo tiempo, urge acabar con una situación en la que prácticamente los ciudadanos sólo tienen dos alternativas: malos colegios públicos saturados y con frecuentes problemas de marginalidad y violencia, o colegios privados concertados de mayor calidad pero con grandes trabas de acceso y generalmente con un sesgo ideológico-religioso muy concreto. La privatización total del servicio educativo debe dar paso a una gran pluralidad de opciones al alcance de todos.