El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) celebra que el Tribunal Supremo (TS) nos haya librado a todos de pagar con nuestros impuestos cerca de cinco mil millones de euros a los ciudadanos que invirtieron mal en Afinsa y Fórum Filatélico. Habría sido una nueva injusticia colectivista, y no nos habría sorprendido porque el Estado emplea con frecuencia el dinero de todos para contentar a los grupos organizados que más ruido hacen. Corresponde a los inversores y no al resto de la sociedad asumir el riesgo de su inversión. Quienes se sientan estafados deben actuar judicialmente contra quien les haya defraudado y obtener del patrimonio de éstos, no de los contribuyentes, la reparación que corresponda. Quienes deciden invertir su dinero mediante una transacción claramente mercantil (compra de bienes tangibles con pacto de recompra) como expresa con rotundidad la sentencia del TS, no pueden exigir a posteriori los controles especiales que las leyes establecen para el mercado de valores. La libertad implica responsabilidad.