El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera extraordinariamente tibias las propuestas económicas formuladas hoy a bombo y platillo por el líder de la Oposición en una entrevista publicada por El Mundo.
Rajoy habla de privatizar la mayor parte de las empresas públicas, cuando el objetivo debe ser que el Estado no posea empresas. ¿Cuánta es la mayor parte? ¿Mantener mil empresas públicas en toda España? ¿Quinientas? Con cerca de cuatro mil existentes, la ambigüedad calculada de Rajoy deja demasiado margen a la continuidad del Estado-empresario en sus dimensiones central, autonómica y municipal. Lo que necesitamos es un plan de privatización de todas las empresas públicas a lo largo de una legislatura.
Rajoy plantea privatizar las televisiones autonómicas pero no dice nada de RTVE, cuyo agujero es el peor de todos. Parece que quiere tener una tele politizada para él pero que nadie más pueda hacer lo mismo. El P-LIB exige la privatización urgente de todas las televisiones y radios estatales, ya sean de ámbito general, autonómico o municipal.
Rajoy propone legislar la estabilidad presupuestaria, pero oculta la fortísima reducción del gasto público que es necesario acometer para ello. Y carga acertadamente contra el exceso de gasto de las comunidades autónomas, pero no establece un marco de corresponsabilidad fiscal que las obligue a atenerse a unos niveles de gasto derivados de los correspondientes niveles de ingresos. Igualmente, pide el cierre de organismos superfluos de las comunidades autónomas pero ni siquiera menciona los muchos organismos superfluos de los ayuntamientos y de la Administración central. Tan superfluo es un costoso instituto Blanquerna de la Generalitat en Madrid como un costoso instituto Cervantes en Budapest.
Rajoy plantea bajar el IVA del sector turístico pero se calla respecto al IVA general del 18 %, que afecta a todos los ciudadanos. Parece claro que no quiere reducir realmente el gasto y le conviene un IVA alto, como a Zapatero. Habla igualmente de una modestísima bajada de cinco puntos en el IVA de las pymes y de los autónomos, cuando lo que necesitan pymes y autónomos es una fortísima reducción no sólo de impuestos sino de sus costes sociales y de la rigidez del mercado de trabajo. Plantea bajar la cotización al contratar jóvenes pero parece dispuesto a apoyar a Zapatero en la reforma injusta de las pensiones que va a dificultar el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo. Además, esto constituye un agravio comparativo para los parados de larga duración. Lo que necesitamos es una reducción generalizada y drástica de los costes de cualquier contratación y de cualquier despido.
Rajoy propone que la compra de viviendas vuelva a desgravar, es decir, está tan dispuesto como los socialistas a usar los impuestos y desgravaciones como hilos que conduzcan al ciudadano-marioneta hacia unas u otras decisiones económicas.
Rajoy propone alargar la vida de las centrales nucleares pero calla respecto al modelo energético, cuando lo necesario es reducir la dependencia energética. apostar decididamente por la construcción de nuevas centrales nucleares y sobre todo liberalizar de verdad el sector energético.
Y por último, Rajoy revela el guerrero cultural que lleva dentro al volver a las andadas con la cuestión del contrato de integración cultural.
Pero lo peor es lo que no dice Rajoy. No dice nada del sistema de pensiones quebrado que necesitamos sustituir. No dice nada del tope constitucional a los impuestos y la deuda, como un derecho y una garantía para todos. No dice nada sobre la implantación de un programa de privatización de los malos servicios públicos y su sustitución por medidas como el cheque escolar o sanitario. No dice nada sobre la deuda española, la tercera más alta del mundo desarrollado. No dice nada sobre la desregulación urgente de nuestra economía ni sobre la eliminación de trabas a la creación de empresas. No dice absolutamente nada que no pudiera haber dicho incluso el PSOE si estuviera en la Oposición. Y todo esto sí dice mucho de la preocupante mediocridad de este político y de la sequía de ideas de su proyecto para el país.
El P-LIB deplora la hoja de ruta que traza el probable próximo presidente del gobierno, y se prepara para plantar cara al colectivismo de centroderecha con la misma intensidad que lo ha venido haciendo al colectivismo de centroizquierda. Rajoy ha demostrado una vez más la razón que tuvo Hayek cuando habló sobre los «socialistas de todos los partidos».