El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su indignada repulsa por la propuesta de confinamiento de los mendigos realizada ayer por el alcalde de Madrid. Es una política similar a las de regímenes totalitarios de todo signo. La indigencia intelectual de Ruiz-Gallardón es tan grande como sus ansias de control de la sociedad. Este ingeniero social pretende esculpir la ciudad a su capricho, y en ese empeño se cree con derecho a vulnerar la libertad de los ciudadanos. La ayuda a las personas sin techo no puede efectuarse a la fuerza. Las vías públicas son de todos, pero el alcalde cree que son suyas. Hace poco le dio por regular qué instrumentos pueden tocar en ellas los músicos y cuáles no, y ahora pretende echar de las calles a quienes no le gusta que las utilicen. A este ritmo terminará haciendo lo que Jesús Gil en Marbella: comprar para los indigentes billetes de sólo ida a Canarias. Gallardón gobierna a punta de ordenanzas y reglamentismo, y la situación de los sin techo le preocupa aún menos que los derechos civiles elementales que ahora quiere conculcar.
Por otro lado, el P-LIB de Madrid quiere expresar su rechazo frontal a la prohibición municipal de los carteles de anuncios sobre la acera y mostrar su solidaridad con el sector hostelero y del pequeño comercio madrileños ante esta nueva agresión de los poderes públicos. Iván Sánchez, Coordinador General del P-LIB en la Comunidad de Madrid, ha declarado que “es falso que esta medida contra los anuncios del menú del día se haya dispuesto para evitar accidentes o molestias a los transeúntes con movilidad reducida como discapacitados, niños y ancianos. Si esto fuera así, el ayuntamiento no habría declarado favorecer las peticiones de terrazas en todo lo que le fuera posible, medida a todas luces contradictoria con la primera, y habría realizado un mayor esfuerzo por evitar las zanjas, las obras interminables e innecesarias, por remover las barreras arquitectónicas y por acabar con el firme en mal estado de todas las vías públicas madrileñas”.
El P-LIB considera que esta medida esconde, una vez más, el insaciable afán recaudatorio de las administraciones públicas que gestionan el suelo madrileño. Las multas por usar estos carteles vienen a sumarse a las políticas sancionadoras por la prohibición de fumar en los establecimientos hosteleros, a las multas porque los clientes saquen bebidas a la calle o hagan ruido que moleste a los vecinos cuando salen a fumar un pitillo. El P-LIB de Madrid opina que, en el contexto actual de crisis, una medida más de este tipo sólo puede añadir un impedimento más a nuestro maltratado pequeño comercio, erosionando precisamente la capacidad de emprender que nos pudiera permitir salir de las elevadas tasas de paro y de bajo crecimiento que sufrimos actualmente en España. “Si no hacemos algo al respecto, como apoyar políticas liberales como las que propone el P-LIB, los madrileños nos seguiremos viendo atrapados por el derroche y la deuda pública de las tres administraciones bajo control bipartidista. PP y PSOE sólo saben contrarrestar su desgobierno económico con medidas cada vez más intervencionistas, sancionadoras y recaudatorias que sólo generan gastos innecesarios, molestias y descoordinación social en la ciudadanía” ha concluido Sánchez.