El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su alarma por las noticias aparecidas en los últimos días respecto a la probable adquisición de hasta un 25 % de las acciones de Bankia por una empresa pública madrileña controlada por el Partido Popular, el Canal de Isabel II. El PP demuestra así una vez más que su apuesta por el liberalismo económico es falsa, ya que induce una alta presencia accionarial de una sociedad pública en la nueva entidad bancaria. Como los conservadores de otros países, el PP confunde privatizar con liberalizar, y el orden espontáneo de la economía con una edición hispana del crony capitalism en la que se «privatiza» mediante el famoso cuaderno azul de José María Aznar.
La presidencia de Bankia por parte de Rodrigo Rato no es, evidentemente, ajena a este trasvase de fondos desde una empresa perteneciente a los contribuyentes madrileños y controlada por Esperanza Aguirre. El P-LIB propone la adopción de normas que impidan a las empresas públicas y a la propia administración detentar paquetes accionariales en empresas privadas, estableciendo así un cordón sanitario en torno a las mismas. Por otra parte, la salida a bolsa de las cajas reconvertidas en bancos debe hacerse sin orquestación de las inversiones desde el Estado, simplemente ofertando al mejor postor las acciones que se decida emitir.
El P-LIB llama a todos los liberales a reflexionar sobre el alcance real del supuesto liberalismo del PP, incluso por parte de los sectores que teóricamente abanderan en ese partido nuestras ideas. Los llamados liberales del PP no son, en realidad, más que otra familia de la casta que gestiona el bipartidismo. Son esbirros del más asfixiante conservadurismo moral y cómplices cuando no artífices de un intervencionismo económico diferente del de la izquierda tan sólo por sus beneficiarios, pero igual de enquistado y distorsionador de la libertad de los mercados.