El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su más absoluto rechazo a la reactivación del impuesto sobre el patrimonio, y alerta sobre el probable mantenimiento de esta medida por el Partido Popular, que la recibe sin suficiente oposición y sin la necesaria claridad sobre su abolición inmediata y definitiva en caso de ganar las elecciones en noviembre.
El impuesto sobre el patrimonio es una rémora a la economía y una enorme injusticia, ya que el mismo bien tributa todos los años, no por las rentas que haya producido, ni siquiera por su revalorización, sino simplemente por su valor. En muchos casos, esto implica una pérdida constante respecto a la inversión inicial, lo que contribuirá al estancamiento de los sectores afectados. Es necesario aclarar además que los efectos recaudatorios sólo son importantes si se generaliza su aplicación a las capas medias de la población, es decir, para patrimonios no especialmente significativos. El P-LIB considera que este impuesto es un abuso intolerable que alentará la evasión y perjudicará gravemente a muchas personas y a la economía en general. O se hace como gesto desesperado del PSOE para captar voto descontento atacando a los «ricos» o el mal es más profundo y se pretende realmente extender este atropello a grandes segmentos de la población, bajando paulatinamente desde los seiscientos mil euros (o el millón) iniciales hasta alcanzar prácticamente a cualquiera que tenga una casa. Quienes sabemos que PP y PSOE son solamente dos caras de una misma casta política no podemos dejar de sospechar que existan pactos para adelantar este tipo de medidas, de manera que caigan aún en el mandato socialista, ya que para los conservadores sería más fácil mantenerlas que promulgarlas. Sea como fuere, el impuesto de patrimonio es la última puntilla que le faltaba a los inversores españoles para pensar seriamente en liquidar sus bienes y marchar a jurisdicciones menos lesivas de su propiedad y de su libertad.