El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera muy positiva la participación en las Elecciones Generales del pasado día 20 en las provincias de Madrid y Zaragoza. Deseamos transmitir nuestro agradecimiento a Diego Ruiz, a Luis Fernández Platero, a Daniel Martínez, a Carlos Cañadas y todos los demás candidatos, a cuantas personas han realizado donaciones para acometer este esfuerzo, a todos nuestros afiliados y simpatizantes y, por supuesto, a las 7482 personas que votaron a nuestros candidatos al Senado y a las 2076 que dieron su voto a nuestras listas al Congreso de los Diputados. Por más que el resultado sea exiguo, se encuentra en la horquilla que se preveía cosechar. Los objetivos asumidos por el Comité Ejecutivo al decidir la presentación a las Elecciones se han alcanzado:
- Vencer el veto electoral de la LOREG reformada y ser capaces de concurrir a las elecciones, y hacerlo además en la circunscripción más difícil, Madrid, con una exigencia de cerca de cinco mil avales válidos.
- Hacer de la larga precampaña de recogida de avales y de la propia campaña electoral un tiempo de máxima movilización de toda la organización, poniendo a prueba su condición de auténtico partido político y movimiento ciudadano, más allá de sus otras facetas.
- Redoblar la visibilidad externa en medios de comunicación y conseguir adhesiones de la mayor importancia, avanzando además en la labor de relaciones internacionales.
- Incrementar la afiliación y la corriente de seguidores que apoyan de diversas formas al P-LIB.
Todos esos objetivos se han alcanzando sobradamente y marcan el inicio de una segunda etapa en la evolución de nuestro partido. A diferencia de los demás partidos sin representación, la relación entre afiliados y votos y la relación entre inversión electoral y resultado son favorables al P-LIB y se sitúan en parámetros similares a los de los grandes partidos. Esto demuestra que el techo social de nuestras ideas es mucho más alto que el de cualquier otra fuerza política extraparlamentaria, lo que constituye un dato relevante de cara a futuras contiendas en los diversos ámbitos territoriales.
Al mismo tiempo, debemos reconocer que hemos podido comprobar hasta qué punto la misión que nos hemos trazado es muy dura y exige una clara estrategia de largo plazo. Es en ese largo plazo en el que el P-LIB ha cifrado siempre, desde su misma constitución en 2009, todas las esperanzas. Sabedores de que todos los proyectos liberales anteriores han fracasado por su cortoplacismo, el P-LIB seguirá trabajando en su larga travesía del desierto, con la vista puesta cuando menos en las próximas tres legislaturas, con la intención de consolidar una organización potente en toda España que vaya ganando día a día las batallas de la opinión e instalando en el debate público y en las mentes de muchos españoles las ideas que nos dan sentido. La obtención de concejales o parlamentarios no es un objetivo a corto plazo, ni es un fin en sí misma. Sí lo es la difusión de nuestras ideas, y las campañas electorales son un medio valioso de alcanzar ese objetivo. Agrupar a los liberales en torno a un partido que les represente y al que puedan votar es también un objetivo principal, que por fin hemos podido cumplir aunque solamente en dos circunscripciones. La representación, cuando llegue, seguirá siendo un medio y no un fin: será un altavoz institucional para una difusión más potente de las ideas de la Libertad.
Así pues, el P-LIB encara con normalidad e ilusión la etapa que ahora se abre ante el primer partido liberal libertario de nuestra historia, que está aquí para permanecer, para ir creciendo sin prisa ni pausa, y para ser cada día un obstáculo mayor al Hiperestado y un baluarte más robusto para los defensores de la máxima Libertad individual tanto económica como personal.