El Estado argentino, y particularmente algunos de los gobiernos provinciales, han ido un paso más allá en el camino de intervencionismo y recorte de libertades por el que desgraciadamente transita de manera generalizada casi toda América Latina, al atacar los intereses de Repsol YPF. Una vez más el Hiperestado perjudica la libre circulación de capitales y el libre asentamiento y funcionamiento de las empresas. Es lamentable que a estas alturas el gobierno argentino coquetee con la idea de expropiar y colectivizar recursos, lo que sólo beneficiaría a la casta política administradora de los mismos, no a la sociedad argentina.
El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) reclama de las autoridades argentinas el pleno respeto a los inalienables derechos de propiedad, a las concesiones acordadas y a los legítimos intereses de Repsol YPF y de cualquier otra empresa extranjera o no, en un marco de seguridad jurídica e igualdad ante la Ley. El P-LIB reclama de las autoridades españolas la debida diligencia en su acción diplomática, pero al mismo tiempo reitera su posición, ya expresada ante casos similares y mucho más graves (como la protección de los barcos que faenan en el Océano Índico): corresponde a cada empresa española grande o pequeña, si desea establecer filiales u operaciones en el exterior, procurarse la seguridad jurídica y física necesaria. Los demás contribuyentes no tienen que participar en los riesgos asumidos por esas empresas, ni deben costear en forma alguna su defensa legal ni su seguridad.
Por otro lado, asociarse empresarialmente con Estados conlleva riesgos. Las empresas que pactan con Estados deben protegerse solas frente el riesgo implícito de que la casta política de los países escogidos incumpla tales pactos, de la misma manera que los inversores en deuda pública deben ser conscientes del riesgo de impago. Rechazamos el compadreo político-empresarial de algunas de nuestras grandes empresas con los gobiernos a los que pretenden seducir para obtener concesiones ventajosas u otras prebendas. En el caso de Repsol YPF, no podemos sino reprobar su contribución a las celebraciones del ALBA.