El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) rechaza frontalmente la decisión adoptada el lunes por el Comité Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de recomendar a los Estados miembros la implantación de cargas fiscales especiales a los alimentos que considera nocivos para la salud, tales como los ricos en sal, en azúcares o en grasas. Para el P-LIB, esta recomendación es un ardid para justificar, en plena crisis, la introducción de nuevos impuestos indirectos que afectarán a millones de personas en todos los países que apliquen esta medida.
Roxana Nicula, miembro del Comité Ejecutivo del P-LIB, ha señalado que «los liberales consideramos que los impuestos no deben tener funciones de ingeniería social ni comercial: no deben alentar ni disuadir el consumo de unos u otros productos, porque el Estado no tiene derecho a tratarnos como menores de edad ni a condicionar en uno u otro sentido nuestro consumo». «Desde el P-LIB denunciamos que los Estados han comenzado restringiendo y sobregravando el consumo de productos mal vistos, como el tabaco, pero ese ha sido tan sólo el primer paso hacia un control cada vez más férreo de todo cuanto consumimos«, ha añadido, asegurando que «las autoridades sanitarias mundiales han estudiado a fondo los manuales de ingenieria social de los regímenes totalitarios y pretenden establecer una auténtica dictadura alimentaria» y que «estamos ante una medida dictatorial que recorta brutalmente la soberanía del individuo«, para concluir que «el objetivo estatal es obligar a los ciudadanos, convertidos en abejas obreras, a mantener una salud suficiente para poder exprimirles año a año confiscando la mitad o más del producto de su esfuerzo».
El P-LIB, que afirma con rotundidad la libertad de cada persona para consumir lo que quiera, estará alerta ante la posible implementación de estas recomendaciones orwellianas en nuestro país, y se esforzará por sensibilizar a la sociedad contra esta nueva y gravísima injerencia estatal en nuestras vidas.