El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) deplora la pretensión del gobierno de crear un banco público que agrupe a las entidades nacionalizadas por el Estado, incluyendo a Novacaixagalicia, BFA (Bankia) y Catalunya Caixa. El Estado no está para regentar bancos. Los bancos son empresas privadas y deben estar sometidas a las mismas reglas de funcionamiento que cualquier otra, lo que desde luego incluye quebrar si se dan las circunstancias para ello. Rescatar los bancos con el dinero de todos, o nacionalizarlos para socializar sus pérdidas, equivale a premiar los comportamientos irresponsables de quienes los han dirigido. Esos comportamientos, en gran medida, fueron inducidos por el propio Estado, desde el Ejecutivo hasta el banco central, al objeto de fomentar la peligrosa burbuja que ha terminado por estallarles en la cara a los partidarios del monetarismo. El P-LIB considera que la salida razonable para estos bancos al borde del colapso es una solución privada, consistente sobre todo en convertir a los acreedores en accionistas. Los contribuyentes, asfixiados por la salvaje subida de impuestos del gobierno popular, no tienen por qué aportar las cifras astronómicas que el gobierno piensa emplear, al margen de toda ética, para capitalizar estas entidades. Lo que habría que hacer con las entidades nacionalizadas (que nunca debieron nacionalizarse) en subastarlas o liquidarlas para recuperar lo que se pueda, y no gastar en ellas ni un euro más.