El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) rechaza de plano la política económica del gobierno pero no puede compartir los objetivos de las movilizaciones previstas para esta tarde y convocadas por las centrales sindicales. En primer lugar, consideramos que los sindicatos han sido parte del problema (por ejemplo participando en la gestión de las cajas quebradas) y no pueden ser ahora parte de la solución. En segundo lugar, las movilizaciones persiguen exigir al gobierno que mantenga niveles de gasto público insostenibles y pasan de refilón, en cambio, sobre la brutal subida de los impuestos a toda la población.
El P-LIB considera que aquellos recortes que afectan de forma directa a servicios actualmente prestados a los ciudadanos deberían haber quedado para el final y deberían haberse enmarcado directamente en las reformas de gran calado necesarias para la devolución de esos servicios a la sociedad civil. Al comenzar los recortes precisamente por estos servicios, de forma inmediata y sin un plan de privatización, insistiendo en cambio en el mantenimiento de su carácter público, el gobierno de Mariano Rajoy ha soliviantado con razón a millones de personas que ven incumplidos por parte del Estado los compromisos antes adquiridos. Así, el Estado cada vez da menos a cambio del enorme esfuerzo tributario que exige. Sólo puede calificarse de estafa a los ciudadanos que el Estado reduzca a su criterio prestaciones que se habían presentado como derechos adquiridos mediante el pago de impuestos. Si el Gobierno de Mariano Rajoy no es capaz de cumplir lo que los ciudadanos perciben como un contrato, lo que debe hacer es reconocer la insostenibilidad del llamado Estado de bienestar y tener la valentía de liderar una transición gradual y sensata desde su actual carácter público hasta un escenario de servicios privados con acceso universal garantizado mediante sistemas de cheque.
Pero, sobre todo, es ese esfuerzo fiscal, elevado por el gobierno del PP a cotas inimaginables que nos sitúan a la cabeza de la tributación europea, el que debería motivar las movilizaciones de hoy. Sin embargo las entidades convocantes, como la mayor parte de los medios de comunicación próximos tanto al PP como a los partidos de izquierda, pasan de puntillas sobre el feroz aumento de los impuestos directos e indirectos (y sobre el alza insoportable de la retención de IRPF a los profesionales) y centran sus críticas en los recortes.
El Presidente del P-LIB, Juan Pina, ha afirmado que «no se ha recortado suficiente y sí se ha recortado mal, porque el principal recorte que necesitamos es el del Estado», añadiendo que «es en las administraciones públicas, a todos los niveles territoriales, donde debería haberse acometido la reducción de gastos necesaria para combatir el déficit e invertir la espiral suicida de endeudamiento en la que hemos caído».
Es particularmente injusta la rebaja lineal de salario en la plantilla de las administraciones públicas, que en muchos casos resulta dramática, además de desincentivar aún más la actividad de estas personas. Los sueldos de los funcionarios no son particularmente altos: lo que es muy alto e insostenible es el número de empleados públicos. En lugar de aplicar la misma medida de reducción salarial a todos, el gobierno debería haber acometido una sustancial reducción de plantilla, ahorrando así mucho más dinero y precipitando de paso la necesaria privatización de infinidad de entes, empresas y servicios. Esta reducción debería haber comenzado por los cientos de miles de costosos empleados designados de forma directa, y generalmente correspondientes a cuadros de los partidos gobernantes. Juan Pina ha señalado que «es ridículo y cruel bajarle el sueldo a alguien que cobra menos de mil euros: lo que hay que hacer es reconsiderar si ese puesto debería existir, y desde luego prescindir de miles de asesores y cargos de confianza que cobran tres o cuatro veces más y que sólo están ahí para liberar cuadros de los partidos», para añadir que «sin embargo es todavía más cruel y suicida subir la retención del IRPF a los autónomos y profesionales, que son el motor del país y la mayor esperanza de generación de empleo y riqueza, y eso es justamente lo que también ha hecho este gobierno».
Por todo ello el P-LIB no secunda la iniciativa sindical y continuará haciendo campaña contra la subida del IVA y el aumento de los impuestos en general. El P-LIB conecta con el sentir de los millones de ciudadanos que en esta hora tan difícil de nuestra economía salen a las calles hartos de lo que perciben acertadamente como el expolio de su riqueza por parte de la casta política y de una banca a su servicio, privilegiada por el sistema, pero lamenta que, a causa del arraigado colectivismo que por desgracia impera en nuestra sociedad, esas personas caigan una vez más en el error de pedir precisamente más poder para el mismo Estado que las está arruinando.
El P-LIB, que considera agotado y amortizado el actual Ejecutivo, reitera su llamamiento al Grupo Popular del Congreso para que, con urgencia, sustituya a Mariano Rajoy y a su gobierno y comience a ejercer la mayoría absoluta obtenida en las urnas de la forma que esperaban los electores: invirtiendo la dirección de la política económica, reduciendo los impuestos y el gasto público y combatiendo sin tregua el endeudamiento.