El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera que la solicitud de rescate efectuada por la Comunidad Valenciana al gobierno es un fiel reflejo de la situación generalizada del país. Una comunidad autónoma inflada por la burbuja del ladrillo se niega a realizar los ajustes necesarios en su inmenso entramado público, y ante la quiebra técnica solicita el rescate a un gobierno central que tampoco está dispuesto a realizar los ajustes necesarios en el tamaño del Estado y que a su vez se encuentra al borde de la quiebra. A la Valenciana le seguirán de forma inminente varias comunidades más, casi todas gobernadas por el PP, un partido que siempre ha presumido de buena gestión pero ha demostrado ser tan ineficaz, despilfarrador y corrupto como el PSOE.
En palabras de Óscar Timón, Portavoz Económico del P-LIB, «las medidas irresponsables del gobierno Rajoy nos abocan al rescate total y a la plena intervención de nuestra economía«. Timón ha declarado que «subir impuestos hasta situarlos entre los más altos del mundo y seguir dilapidando el dinero de los contribuyentes mediante un gasto desbocado, que supera al de la época de la burbuja, nos ha llevado a que nadie quiera deuda española», añadiendo que «el desplome del valor de la deuda del Estado, no sólo a diez años, sino en todos los plazos, muestra la desconfianza total de los inversores hacia los bonos españoles a pesar de las ventajas especiales de financiación que otorga el BCE».
El gobierno, en su habitual huida hacia adelante, echa la culpa a la incertidumbre sobre la zona Euro. Lo que no cuenta es que esa incertidumbre la genera el gobierno de España con su falta de voluntad para reducir los gastos y su entusiasmo al subir los impuestos. Además de echar la culpa a la «incertidumbre» también se culpa a un BCE que ya ha prestado miles de millones de euros a los bancos al 1% y ha comprado ingentes cantidades de deuda española. Las torpes amenazas y exigencias del ministro de Asuntos Exteriores al BCE y a los socios europeos son una muestra del pánico que se ha apoderado del gabinete ante la seguridad de que la intervención ya es irreversible. Timón ha señalado que «actualmente un banco puede coger el dinero que el BCE le ha prestado al 1% y comprar deuda española que le rente más de un 7%, y a su vez puede entregar ese bono español al BCE y este le otorga otro crédito por el mismo valor». «Es decir –ha precisado–, que comprar deuda pública esta increíblemente privilegiado sobre cualquier otro crédito que dé la banca pero aún así no sólo no compran deuda pública española sino que la venden a pérdida. La razón es obvia: se considera que el Estado español no es un deudor solvente y que el riesgo de impago es ya elevadísimo«.
El Gobierno ni siquiera entiende lo que está pasando y por ello hay muy pocas esperanzas de que gire sobre sus talones y acometa una política liberal para salir del peor atolladero de nuestra economía. El PP ni quiere ni puede ser liberal. Como muestra un botón: la privatización del sector ferroviario se ha quedado en que se mantiene el operador dominante en manos del Estado. El P-LIB reitera su convicción de que este gobienro está amortizado y agotado, y su exigencia al Grupo Popular del Congreso de que, asumiendo la responsabilidad que le confiere la mayoría absoluta otorgada por los ciudadanos hace apenas ocho meses, sustituya a Mariano Rajoy por un presidente cuya única agenda debe ser emprender con extrema urgencia profundas reformas liberalizadoras destinadas a restaurar la confianza en nuestra economía y a acabar con la asfixia fiscal de las empresas y de los ciudadanos.