El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) denuncia las cínicas exigencias del ministro Soria a las petroleras para que reduzcan sus márgenes de beneficio. Cuando el 50 % del precio que pagan los consumidores por el carburante son impuestos, los cuales, además, han sido incrementados recientemente, resulta escandaloso que un ministro apele a los márgenes de beneficio de las empresas para la rebaja de los precios. Si el ministro Soria realmente quisiera bajar el precio de la gasolina lo tendría muy fácil: bastaría que redujera drásticamente los impuestos que se aplica al carburante. Y, sobre todo, el ministro Soria debería preocuparse por iniciar una verdadera liberalización del mercado de carburantes. A los liberales no nos molesta que las petroleras (o cualquier otra empresa) tengan beneficios elevados, sino que los tengan a causa de situaciones de oligopolio favorecidas por el Estado.