El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) de Fuerteventura considera que en una época de crisis agravada por el excesivo tamaño de las administraciones públicas y su falta de ajuste presupuestario, así como por las numerosas trabas a la iniciativa privada y a la competitividad, es un grave error constituir una nueva entidad pública para la gestión de energías renovables, integrada por el Cabildo y los siete ayuntamientos de la isla. Fuerteventura se está convirtiendo en un coto de explotación estatal para beneficio privado de políticos y amigos. Crear más empresas públicas no contribuye a combatir la gran recesión que padecemos. Al hacerlo se interviene aún más un sector que a todas luces es de competencia privada, aumentando el gasto público a costa de los sufridos contribuyentes. En un momento en el que los políticos de la isla gastan el doble de dinero del que ingresan —financiándose mediante deuda que los majoreros tendremos que pagar—, los liberales consideramos que la constitución de más empresas públicas en Fuerteventura no soluciona nada y sólo se comprende en relación con la posible adjudicación de los fondos y subvenciones inherentes al proyecto.
El mercado energético de las renovables debe ser liberalizado para fomentar una inversión privada competitiva, con la consecuente mejora tanto de los servicios como de la I+D+I, el abaratamiento de las tarifas y la creación de empleo e iniciativa privada. Ésta constituye la verdadera riqueza de Fuerteventura, sin que el Estado deba intervenir para su creación mediante competencia desleal o hiperregulación. Al contrario, cuando lo hace entorpece su creación. Del mismo modo, tampoco tiene sentido que el Estado sea propietario de infraestructuras de telecomunicaciones de fibra óptica en Fuerteventura. Lo natural es que estas inversiones se circunscriban al sector privado, con múltiples ofertas y operadores que, como en el caso energético, supondrían inversión, prosperidad, trabajo y riqueza para la isla.
El Coordinador Insular del P-LIB en Fuerteventura, Israel Alonso, ha declarado hoy que «Fuerteventura se está convirtiendo en una isla hipersubvencionada, cada vez más dependiente del dinero público y de la mayor presencia estatal y, por tanto, insostenible. Con una tasa de paro que supera el 35%, lo que menos necesita en estos momentos Fuerteventura es más de la misma política que nos ha conducido a esta crisis. Fuerteventura necesita un cambio«.