Ayer hizo un año desde las elecciones a Cortes Generales que llevaron al Partido Popular al gobierno. El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera que estos «doce meses y un día» han sido una auténtica condena para los ciudadanos. En las urnas, ellos decidieron un cambio de rumbo en nuestra política económica tras la desastrosa gestión que habían llevado a cabo José Luis Rodríguez Zapatero y el gobierno del PSOE, pero Mariano Rajoy ha incumplido flagrantemente el mandato claro y directo de sus electores y ha condenado a la población a un brutal expolio tributario y a la pérdida de cotas de libertad en los ámbitos más diversos.
En estos doce meses y un día, el PP nos ha situado a la cabeza del mundo en impuestos directos. El partido que justamente arremetió contra la subida del IVA en 2010 nos ha condenado a otra peor aún en 2012. El partido cuya política económica se presentaba como inspirada por el pensamiento liberal se ha dedicado a rescatar las antiguas cajas politizadas mientras nos sometía a unos niveles insufribles de intervencionismo, endeudamiento, persecución fiscal y dirigismo económico. El partido que se decía defensor de las libertades públicas ha intensificado las políticas más liberticidas del anterior gobierno, por ejemplo en lo relacionado con Internet. El partido que presumía de su respeto a la privacidad financiera acaba de someternos a un corralito tercermundista de dos mil quinientos euros en los pagos. El partido que iba a gobernar con una hoja de ruta seria y estable no ha parado de dar bandazos de principiante. El partido que iba a restaurar la confianza interior y exterior para arreglar las cosas nos tiene, un año después, sometidos a la agonía de estar permanentemente al borde de un rescate que no acaba de pedir, mientras el paro, la prima de riesgo y todos los demás indicadores muestran que el nefasto equipo económico se ha equivocado en todo.
Al iniciarse hoy el segundo año de la era Rajoy, los liberales sin complejos, mordazas ni prebendas que integramos el P-LIB no podemos sino recriminar con estupor a los sedicentes políticos liberales del PP, con la dirección madrileña de ese partido al frente, por haber renunciado a sus principios (si es que realmente los tenían) y por haber permitido esta deplorable involución socialdemócrata. Los supuestos liberales del Partido Popular han demostrado que les interesan más sus puestos que sus ideas, o que éstas eran una simple pose. Han revelado su auténtica faz de meros «liberales de boquilla», en la acertada expresión de un conocido columnista liberal. Hoy el P-LIB expresa a esos políticos su indignada repulsa ante tan incomprensible colaboración con el sector mayoritario del PP y ante su terca complicidad con Mariano Rajoy en el camino suicida que a todos nos obliga a recorrer.
¿Dónde está el supuesto «golpe de timón» interno de los liberales del PP, tantas veces anunciado como inminente, tantas veces esgrimido como excusa para seguir esperando y tantas veces revelado, a la postre, como un mero ardid para engañar a los liberales y mantenerlos presos de un partido profundamente antiliberal? ¿Dónde está la imprescindible escisión de un par de decenas de escaños para formar una agrupación propia, incluso dentro del Grupo Popular, y forzar, voto en mano, un cambio de presidente o de rumbo? ¿Dónde está la ética de esos llamados liberales del PP, dónde su vergüenza, dónde su compromiso con las ideas que decían representar? Es que nunca las representaron y siempre sirvieron como vulgar careta para que el PP pareciera liberal sin serlo.
Desde la refundación de Alianza Popular en el actual PP a finales de los ochenta, esos supuestos liberales se han prestado sistemáticamente a ser utilizados para evitar la aparición y consolidación de un verdadero partido liberal en España. Por eso somos uno de los pocos países de Europa sin un partido liberal en las instituciones, porque el PP lo ha impedido y esos políticos han contribuido conscientemente a que así fuera. Hoy, dos décadas y media después de la infame absorción del Partido Liberal por el PP, cabe preguntarse qué han conseguido estos políticos, más allá de hacer carrera personal. Qué han logrado vendiendo sus ideas, desvaneciendo su identidad e hibridándose con los colectivistas. Qué han hecho por el liberalismo, por la Libertad, durante un cuarto de siglo. Qué han conseguido en estos doce meses y un día de silenciosa y culpable complicidad con el liberticidio. Y cabe exigirles que terminen de una vez con su ridícula impostura porque es obvio que no van a hacer nada más que seguir cruzados de brazos.
El P-LIB llama a todos los liberales de nuestro país a alejarse de ese partido socialdemócrata en economía, neocon en lo demás, colectivista en todo, liberal en nada, que es hoy, abierta e irremediablemente, el Partido Popular. Y pide a todos los dirigentes del PP, empezando por los del PP de Madrid, que dejen de mentir a la sociedad declarándose liberales mientras ejecutan o toleran en silencio políticas frontalmente antiliberales, porque, al actuar así, tergiversan y ensucian la palabra liberalismo cada vez que la pronuncian. No hace falta ser del P-LIB para ser liberal, por supuesto, pero donde un liberal no puede estar de ninguna manera es en el PP, como han demostrado sobradamente estos doce meses y un día de inmerecida condena.