El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) condena sin paliativos el mensaje emitido por Ana Fernández-Daza, Directora de Recaudación de la Agencia Tributaria, a los inspectores de Hacienda para que conviertan sus inspecciones en shows mediáticos destinados a asustar a otros contribuyentes. La extraordinaria alarma social y la más que justificada repugnancia que provoca esta orden intolerable hacen necesario pedir, no ya la dimisión, sino la destitución fulminante de esta señora y su apartamiento definitivo de la función pública. Además, la fiscalía debe investigar la más que probable ilegalidad de la instrucción y, en ese caso, actuar de inmediato contra Fernández-Daza. En los últimos días hemos asistido estupefactos a la irrupción de inspectores acompañados de cámaras de televisión en restaurantes y otras empresas, violentando la privacidad de sus propietarios y sometiéndoles a escarnio público.
Los liberales reiteramos nuestra profunda preocupación por el rumbo totalitario que está tomando en nuestro país el control tributario del Estado. A la caza de brujas de la Agencia Tributaria, lanzada contra los ciudadanos en España y hasta en el extranjero por el ministro Montoro —mientras rozamos el techo mundial en impuestos directos y mientras el IVA sube de golpe tres puntos— y a la introducción del infame corralito de los dos mil quinientos euros y de todo tipo de tasas e impuestos especiales de nueva creación mientras aumentan sin piedad los ya existentes, debemos añadir ahora medidas como la pretendida por Fernández-Daza, absolutamente impropia de un país civilizado.
El P-LIB llama a los inspectores de Hacienda a rebelarse contra las pretensiones ilegales y liberticidas de sus superiores y cumplir estrictamente la Constitución y las leyes, y les recuerda que sus auténticos jefes son todos los ciudadanos que les pagan el sueldo. Los inspectores tienen la obligación legal de guardar el secreto de sus actuaciones y de respetar y defender los derechos constitucionales de los inspeccionados. Esa obligación es superior a la pretensión dictatorial de Fernández-Daza: convertir en un circo mediático las inspecciones de Hacienda. El PP, discípulo aventajado del PSOE, parece buscar su Lola Flores: un nuevo chivo expiatorio al que hacer trizas ante la opinión pública para aterrorizar a los contribuyentes.
Los liberales, asqueados, alertamos a toda la población sobre la pérdida acelerada de libertad que se está produciendo en España bajo el gobierno del Partido Popular. Los conservadores autoritarios del PP han combinado la política económica que han copiado de la izquierda (superando incluso al PSOE) con la vocación represora del corporativismo que creíamos superado, todo ello para injerirse en nuestras vidas y haciendas, recortar el Estado de Derecho, eliminar toda privacidad financiera, arrebatarnos con brutal indiferencia el producto de nuestro esfuerzo, mantener un Estado gigantesco y entrometido, preservar los privilegios de la casta política, rescatar las cajas quebradas por ésta para salvar a los políticos que las arruinaron, y hacernos cada día menos libres que el anterior.