El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) ha seguido con interés el debate sobre la futura ley de transparencia y de buen gobierno prometida por Mariano Rajoy al inicio de la legislatura. La formación política liberal celebra que tras más de treinta años de democracia, finalmente el Estado y sus gestores debatan vías de transparencia y de buen gobierno. Los liberales somos defensores entusiastas de la plena transparencia de toda gestión pública. Sin embargo, la ley de transparencia y buen gobierno que estos días comienza su tramitación en el Congreso es un cúmulo populista de buenas intenciones de cara a la galería, deliberadamente incapaz de establecer un marco efectivo de control de la gestión. Roxana Nicula, Secretaria de Acción Ciudadana del P-LIB, ha manifestado su preocupación porque esta ley “va a ser otro fracaso en el control del poder político por parte de los ciudadanos, porque en realidad no existe la voluntad política necesaria».
El P-LIB alerta a los ciudadanos sobre los siguientes fallos esenciales de la nueva ley:
- Mantiene el organismo encargado de su aplicación, la Agencia Estatal de Transparencia, bajo dependencia directa del Ejecutivo.
- Sigue amparando el silencio administrativo negativo y la posibilidad de no atender las peticiones de información sobre los cargos públicos.
- No incluye entre los sujetos escrutados por la nueva norma a la jefatura del estado, ni a los partidos políticos a pesar de que un 80 % de sus ingresos proceden (salvo en el caso del P-LIB) del erario público; ni a sindicatos, patronal u otras entidades y organizaciones que se beneficien de grandes subvenciones estatales, ni tampoco al Banco de España.
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“Asistimos nuevamente a un mero intento de maquillaje por parte del establishment político español, que en realidad intenta que el sistema siga como está”, ha señalado Roxana Nicula, añadiendo que “el contenido de una ley debería ajustarse a su nombre, costa que esta nueva norma no cumple en lo más mínimo tal y como está redactada: mejor la hubieran llamado ley de opacidad”.
El P-LIB se suma a los más de 60.000 internautas que hoy han pedido la inclusión de los partidos políticos en la ley.
El P-LIB seguirá explicando a los ciudadanos que la mejor y más efectiva ley de transparencia y de buen gobierno a la que una sociedad pueda aspirar para salir de la terrible crisis ética, política y económica actual es aquella que verdaderamente empiece por limitar y reducir a su mínima expresión la gestión estatal, devolviéndola en todos los casos posibles a la sociedad civil. Es necesario definir con claridad mecanismos de auténtico control independiente de la transparencia y del buen gobierno sobre ese Estado limitado, una vez se hayan emprendido las reformas necesarias para su reducción, que es lo realmente urgente. “La corrupción y la mala gestión aumentarán mientras los ciudadanos acepten una inmensa burocracia cuyo único fin es beneficiar a cuantos viven de la gestión de ese Estado gigantesco en perjuicio de la prosperidad de todos», ha declarado Nicula, concluyendo que «esta ley es un brindis al sol».