El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) rechaza las nuevas normas que están aprobando algunos países y que probablemente adoptará la Unión Europea para limitar la retribución de los altos directivos de banca. Los liberales consideramos que la remuneración de cualquier trabajador, sea cual sea su ocupación y su nivel profesional, ha de ser la libremente pactada por él con la empresa. El Estado no es quien para decirle a una empresa cuánto puede pagar a sus empleados. Obviamente, tampoco debería ser quien para darle a esa misma empresa el dinero de todos, en forma de rescates. Todo el debate sobre si los directivos de bancos cobran poco o cobran mucho es una simple cortina de humo. La cuestión principal que intenta esconder es el conjunto de privilegios otorgados por el Estado a la banca, que distorsionan el legítimo negocio bancario en detrimento de los ciudadanos y de la economía.
Javier López, Secretario General del P-LIB, ha declarado que «lo que necesitamos los ciudadanos no es limitar artificialmente la retribución de nadie, sino eliminar los privilegios de la banca para convertirla en un sector económico más, sometido a los mismos principios generales del Derecho que se aplica a cualquier otra actividad», manifestando a continuación que «normas como esta sólo logran el efecto adverso de producir una injerencia aún mayor del Estado en los asuntos de las empresas, incentivando además la búsqueda de complejos vericuetos extraoficiales para completar la remuneración».