El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) en Canarias observa con escepticismo el debate sobre el carácter de servicio público de los vuelos en las islas y las subvenciones a los mismos. Para los liberales no deja de ser sorprendente que, en un mundo cada vez más globalizado, una comunidad con el 32% de desempleo no aproveche sus ventajas competitivas con sus rivales más cercanos. El famoso puente entre América del Norte-África Occidental o Sudamérica-Europa, hacen de Canarias un punto geoestratégico a tener en cuenta. Pero las restricciones legales a la libre circulación aérea internacional perjudican a Canarias al estrangular esas potencialidades.
Las llamadas “libertades del aire” se establecieron en la Conferencia de Chicago de 1944 por la Organización Internacional de Aviación Civil. Las dos primeras libertades se referían al derecho de las aeronaves no militares de un país a sobrevolar el espacio aéreo de otro, o a poder hacer una escala técnica para mantenimiento, emergencias, etc. pero sin dejar o recoger pasajeros o carga. Las siguientes son las llamadas libertades comerciales. La tercera y la cuarta son, respectivamente, la facultad de embarcar pasajeros y mercancías en el Estado de origen y viceversa. Para Canarias es muy perjudicial la ausencia de la Quinta Libertad Aérea. Esto impide a los aviones comerciales que sobrevuelan el archipiélago tomar tierra para recoger pasajeros y carga y continuar su viaje a terceros países. Las ventajas para Canarias serían evidentes y convertirían a esta comunidad en un verdadero espacio de “cielos abiertos”, condición necesaria para favorecer el crecimiento económico y, por tanto, la creación de empleo.
El P-LIB reclama, ante la cercanía del próximo periodo de financiación plurianual comunitario, marco en el que se desarrollará el Régimen Económico y fiscal (REF) de Canarias para el periodo 2014-2020:
- Que se establezca y aplique sin demora en la comunidad autónoma canaria la Quinta Libertad Aérea, ya que el artículo 4 de la Ley 19/1994 de 6 de julio, de modificación del Régimen Económico y Fiscal de Canarias, contempla dicha posibilidad sin necesidad de reformas legislativas adicionales.
- Que no se declare los vuelos entre las islas y la península como servicio público, pues este intervencionismo hace que los aeropuertos canarios no sean atractivos para las compañías aéreas internacionales. Los liberales creemos que la libre competencia beneficiaría a los consumidores de todas las islas y la declaración de servicio público contrarrestaría los beneficios de la Quinta Libertad Aérea.
- Que las tasas aéreas sean las más bajas posibles o, sencillamente, desaparezcan.
Para Francisco Martínez Ceacero, miembro de la Comisión Ejecutiva del P-LIB en Canarias, “es imprescindible que se aborde este debate partiendo de la base de que libertad es prosperidad», porque «lo único que han producido las políticas intervencionistas ha sido una maraña administrativa que hace imposible la competencia«. Estas políticas, además, «han potenciado la cultura de la subvención, el engaño y la picaresca y, en definitiva, han supuesto un retroceso en la prosperidad de la que otrora gozaba Canarias y de la que actualmente se benefician regiones en el mundo con similar posicionamiento geoestratégico pero conscientes de la necesidad de aplicar políticas menos restrictivas e intervencionistas”.