El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su indignada reprobación al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, y considera que debe ser cesado de forma inmediata por haber intentado engañar, no sólo a las autoridades europeas, sino al conjunto de la ciudadanía española mediante la deliberada alteración de las cuentas públicas para maquillar el déficit de 2012 en un cuarto de punto, lo que nos ha dejado en ridículo en Europa. Era evidente que esta torpe argucia no podía funcionar. «Esta maniobra marrullera —ha afirmado Juan Pina, Presidente del P-LIB— es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos y debe ser la última fullería que se le consiente. «El vaso de nuestra paciencia ya se ha desbordado respecto a este inútil que nos está arruinando a todos y encima se permite todo tipo de alardes de tahúr y gracietas sin pizca de gracia», ha añadido.
Montoro ya ha cosechado la repulsa generalizada de la sociedad. Sus constantes salidas de tono y su tendencia a despreciar y amenazar al contribuyente son impropias de quien ejerce la función de ministro de nuestro gobierno. La caza de brujas que ha lanzado contra miles de empresas y particulares es indigna de un país libre y mucho más propia de un Estado policial. Su salvaje incremento del esfuerzo fiscal de todos, hasta situarlo claramente en niveles confiscatorios que teóricamente son inconstitucionales —y entre los niveles más elevados del planeta— es un crimen que ha alcanzado proporciones de saqueo estatal generalizado y sistemático, estrangulando nuestra economía y provocando innumerables y angustiosos dramas personales, desde despidos hasta cierres de empresas, desde la no celebración de contratos de todo tipo hasta su incumplimiento, y desde inspecciones de infarto y sanciones impagables hasta decisiones desesperadas de toda índole. Y todo ello para que el Estado siga gastando desenfrenadamente. El extraño impuesto del cero por ciento a los depósitos diseñado por él es probablemente una puerta trasera para aplicar en nuestro país las medidas de Chipre cuando el gobierno lo considere oportuno. Pero lo que es imposible de tolerar es la mentira directa y deliberada de un alto cargo público. Al mentirnos descaradamente sobre el déficit, Montoro ha alcanzado el colmo de la ignominia y ha revelado su altivo desprecio a los ciudadanos y su creencia de ser más inteligente que ellos. Montoro debe desaparecer definitivamente de nuestra política.