El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) celebra que la CEOE haya decidido iniciar el camino hacia la plena autofinanciación, prevista para 2014. Los liberales pedimos a todas las demás organizaciones empresariales, profesionales y sindicales, así como a los partidos políticos, confesiones religiosas, asociaciones de todo tipo y cualesquiera otras entidades de la sociedad civil, que emprendan el mismo camino. La decisión de la CEOE llega después de muchas décadas de recibir cuantiosa financiación pública, procedente de los bolsillos de los contribuyentes. El paso que ahora da esta organización es de la más elemental ética. Por ello cabe preguntarse por qué no lo ha hecho antes. Los liberales rechazamos de plano que una organización asociativa, sea del tipo que sea, y sea cual sea su masa de socios o su influencia social, reciba el apoyo económico forzoso de los ciudadanos. La única aportación legítima a las entidades asociativas es la que se realiza voluntariamente, ya sea en forma de cuotas de membresía o de donaciones de cualquier tipo.
Además de la inmoralidad de transferir a una organización el dinero de quienes no simpatizan necesariamente con ella, los liberales vemos con preocupación cómo el Estado y la casta política que lo gestiona colonizan todo el sector no lucrativo mediante las subvenciones. Si queremos organizaciones empresariales, sindicales, políticas, culturales, religiosas o de cualquier otra naturaleza realmente representativas y legitimadas, la financiación estatal debe pasar a la historia. Para ello, los liberales abogamos por una transición rápida hacia la sustitución total de las subvenciones por la plena deducción fiscal de las aportaciones voluntarias de empresas y particulares, sin criba estatal de las entidades destinatarias (para que, además, la aparición espontánea de entidades alternativas no se vea penalizada). Mientras las organizaciones de la sociedad civil dependan para su misma existencia, para su visibilidad y su organización, de que los políticos decidan financiarlas con el dinero de todos, siempre en detrimento de otras organizaciones equivalentes que no cuentan con semejante apoyo ilegítimo, nuestra sociedad seguirá siendo rehén de la élite que controla el Estado, y nuestro sector no lucrativo estará distorsionado.
Es sorprendente que con frecuencia se diga que tal o cual organización debe recibir subvenciones porque la apoya mucha gente. Los liberales respondemos que si una organización tiene mucho apoyo social no necesita que el Estado la financie a cargo de todos, y si tiene poco apoyo social no es justo que con el dinero de todos se le dé una dimensión mayor artificialmente. Francisco Cerbán, miembro del Comité Ejecutivo del P-LIB, ha declarado que «todas las organizaciones sociales deben tener el peso que espontáneamente les dé la sociedad, no el que decida el establishment del Estado». «Nos enorgullecemos de ser el único partido político cuyos estatutos le prohíben expresamente recibir financiación del Estado», ha recordado Cerbán, señalando que «así preservamos nuestra independencia y evitamos cometer el inmenso error ético que a los demás parece no importarles: recibir dinero forzosamente arrebatado a aquellos que no comparten nuestros objetivos».