El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) rechaza la nueva ley de emprendedores, que no es más que un parche tramposo de cara a la galería. Una ley que llega con mucho retraso y que en vez de atacar la raíz del problema (la asfixiante regulación y los asfixiantes impuestos), añade aún más burocracia para solucionar los problemas generados por esa misma burocracia. Esta ley es un conjunto de parches que no solucionan nada, o muy poco, y que ofrecen todo tipo de moratorias, las cuales terminan cuando se cumple treinta años, cuando el negocio empieza a ir mejor o simplemente cuando pasa algo de tiempo. Es un fiel reflejo de la falta de voluntad política para hacer reformas de calado. La aspiración del gobierno es dejar simplemente las cosas como están en vez de reducir la opresiva regulación.
La mayor tomadura de pelo de la nueva ley es la relacionada con el pago del IVA de las facturas no cobradas. Entrará en vigor en 2014, es decir, pasada la mitad de la legislatura, cuando lleva anunciándose desde el principio de la misma y era compromiso electoral del PP, cuya palabra, una vez más, ya vemos cuánto vale. Pero lo peor es que realmente lo único que ofrece es otra moratoria más, en este caso hasta final de año siguiente, momento en el cual se deberá pagar el IVA aunque no se haya llegado a cobrar la factura. Luego, las empresas deberán cambiar su contabilidad para al final seguir pagando por facturas que tal vez nunca cobren. Además, los emprendedores dedican muchos días de trabajo al año a realizar trámites oficiales de todo tipo. Quienes tanto se lamentan de la economía sumergida son los mismos que empujan a ella a los emprendedores.
Los liberales apostamos, no por una ley de emprendedores, si no por la eliminación de los miles y miles de leyes y normas que ahogan la posibilidad de emprender un negocio. El nivel de regulación es tan irrespirable que ninguna empresa pequeña o mediana es capaz de saber toda la normativa que le afecta, con la inseguridad jurídica y sobrecostes que ello supone. El P-LIB aboga por la bajada de impuestos que permita a las PYMES usar sus beneficios para invertir en su negocio, en vez de destinarlos a unos políticos que los usan para subvencionar a las empresas ineficientes de sus amigos. No sólo hay que bajar los impuestos a las empresas sino también al trabajo para permitir a las empresas reducir sus costes a la hora de contratar, al tiempo que los trabajadores reciben un salario más elevado. Óscar Timón, Portavoz económico del P-LIB, ha declarado que «los ciudadanos no deben engañarse: igual que los impuestos al tabaco y al alcohol reducen su consumo, los impuestos a las empresas y al trabajo reducen el número de empresas y el número de trabajadores«.