El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su rechazo frontal al nuevo certificado energético de viviendas y edificios, que el gobierno ha impuesto siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea. No es sino una nueva intromisión en las vidas de los ciudadanos con la excusa de «un mundo más verde». Realmente, sólo se trata de una forma más de controlar a los ciudadanos y de encarecer el mercado inmobiliario, creando una nueva tasa a los propietarios. El P-LIB propone liberalizar el mercado energético en todos sus aspectos: producción, transporte y distribución; dejando que seamos los ciudadanos quienes escojamos en libertad. Este nuevo atentado contra la libertad nos impone dos cosas: primero, emplear los sistemas energéticos que el gobierno decida en cada momento; y, segundo, favorecer el ahorro energético frente a la eficiencia en la producción. Los liberales denunciamos que mientras el Estado nos obliga a emplear energías renovables, nos penaliza a la vez al encarecer mediante tasas las importaciones. Asimismo, evita que se instaure el «sistema de balanceo» que permitiría a los usuarios compensar el consumo energético con la producción particular.
En palabras de José María Rodríguez, miembro del Comité Ejecutivo del P-LIB, «es inexplicable que en plena crisis se creen nuevos métodos de incautación y se penalice un mercado con tantos problemas como es el inmobiliario». «El Estado, una vez más, actúa como una fiera voraz que devora el fruto del trabajo de los ciudadanos, poniendo como excusa cualquier falacia populista», concluye.