El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su rechazo más absoluto al modelo de gestión de la sanidad del gobierno de la Región de Murcia. Concretamente, la huelga de limpieza en el hospital Virgen de la Arrixaca está convirtiendo dicho hospital en un estercolero, lo que ha obligado incluso al cierre de quirófanos. La gestión de la sanidad por el Estado lleva a este tipo de situaciones surrealistas. El Estado sólo es capaz de proporcionar una sanidad cara y con un pésimo servicio. Los contribuyentes pagamos mucho dinero todos los meses y esperamos recibir unos servicios de calidad, pero es imposible si los gestiona el Estado. En este caso se sacó a concurso la limpieza del hospital y fue adjudicada por un importe un 40% más barato que el contrato anterior. El problema de la gran cantidad de legislación española y de la rigidez a la que obliga a las empresas es que lleva a casos como el de las empresas de limpieza. La legislación obliga a que la empresa adjudicataria del contrato deba respetar todos los contratos y asumir a todos los trabajadores de la anterior empresa que prestaban los servicios en el centro licitado. Obviamente, si antes se hacía el trabajo por 750.000 euros y ahora se adjudica en 450.000, tiene que haber despidos y la empresa adjudicataria ha buscado una fórmula legal para realizarlos. Aquí tenemos el primer disparate, una empresa privada no puede incorporar un nuevo sistema de producción quizá más eficiente porque se lo impide el estado. Vamos en contra de la productividad. Después vemos como los sindicatos, debido a que tenemos una ley de huelga franquista, imponen su fuerza coactiva en perjuicio del resto de la población, con huelgas salvajes amparadas por la ley. Una pequeña minoría ejerce la tiranía frente al resto de ciudadanos. Y son intocables.
En declaraciones del Coordinador regional del P-LIB, Francisco José Carvajal, “todos estos problemas se solucionarían si la sanidad fuera privada y existiera una libertad real de contratación con empresas”. «La sanidad es demasiado importante para dejarla en manos del Estado: la libre competencia y la capacidad de elegir compañía sanitaria supondrían un avance muy importante en el ahorro de costes y en el aumento de la productividad de todas las empresas que participan en la gestión de un hospital”, ha señalado. «Mientras la sanidad sea estatal, seguiremos en manos de unos pocos que con el uso de la fuerza legal se sienten poderosos», ha añadido, concluyendo que «junto a la reforma de la sanidad es imprescindible una reforma del mercado laboral y una nueva ley de huelga«.