El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) lamenta la enésima oportunidad perdida de reformar la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea. Bajo la presidencia irlandesa de la UE se ha anunciado un nuevo acuerdo para modificar la PAC, pero no la reforma con la profundidad que a los liberales nos parece imprescindible. La PAC es la política más ignominiosa de la UE. Todavía a día de hoy consume un 38% para producir tan sólo un 2% del PIB europeo. La PAC perjudica a todos los europeos y a millones de ciudadanos del resto del mundo. Los liberales promovemos la eliminación de los subsidios agrícolas. Al menos pedimos una reducción sustancial en el marco de una profunda reforma de la PAC. Lo hacemos tomando la voz de todos los perjudicados por esta política agraria colectivista:
- Queremos abolir la PAC por los consumidores europeos, que se ven obligados a pagar hasta cuarenta y cinco billones de euros en impuestos para unas subvenciones que les perjudican a ellos doblemente, ya que sirven para impedir que bajen los precios de los productos agrícolas que ellos mismos consumen. Es decir, el consumidor europeo paga impuestos para tener que pagar más en la tienda por los productos y mantener los precios artificialmente altos. Los liberales consideramos un auténtico despropósito pagar para tener que pagar más.
- Queremos abolir la PAC por todos los agricultores de otras regiones del mundo a los que no se les deja exportar a Europa, impidiendo el progreso de países subdesarrollados, cuya principal ventaja comparativa para comerciar con Europa está en el sector primario. La eliminación de la PAC es una exigencia de orden moral y de consecuencia lógica: si la UE dice estar a favor del libre comercio, ha de eliminar sus subvenciones a la agricultura como ya se le ha indicado en la Organización Mundial del Comercio, en innumerables ocasiones. La PAC no sólo impide el desarrollo del comercio agrícola a nivel mundial, sino también el desarrollo del comercio en general, ya que su mera e injusta existencia es uno de los principales escollos para firmar más acuerdos —y más justos— de libre comercio.
- Queremos abolir la PAC por los agricultores europeos, cuya libertad está enormemente limitada por la detalladísima regulación que exige Bruselas para recibir subvenciones. Sus propiedades ya no son realmente suyas porque no pueden tomar decisiones empresariales sobre ellas (qué y cuánto cultivar, cómo cultivarlo, etc.). Sus decisiones les han sido arrebatadas y las toman los burócratas de Bruselas.
Si el objetivo de la PAC era revitalizar el campo europeo, ha sido un rotundo y costosísimo fracaso en los últimos cincuenta años. Y si llevamos cincuenta años fracasando y gastándonos ingentes cantidades de dinero, es hora de cambiar el rumbo y sustituir la política de planificación centralizada de la producción agrícola europea por una nueva política que devuelva la libertad a los agricultores para gestionar sus negocios. Así pues, por los consumidores europeos, por los contribuyentes europeos, por los agricultores del mundo, por los acuerdos de libre comercio, y sobre todos por los agricultores europeos, los liberales exigimos la abolición de la Política Agraria Común.