El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) de la Comunidad Valenciana exige el cese de los altos cargos de la conselleria de Educación, Cultura y Deporte responsables de la «desaparición» de catorce cuadros prestados, cuya custodia —ejercida de forma completamente irresponsable— correspondía a la dirección del Museo San Pío V de Valencia, la segunda pinacoteca de España. Queda clara una vez más la dejación de responsabilidades del Estado respecto a los activos culturales. Las empresas privadas exigen resultados a sus gestores, y los estatales deben someterse a la misma exigencia. Isacar Marín, Portavoz de la Ejecutiva valenciana del P-LIB, ha declarado hoy que «no debemos consentir que estas personas queden impunes tras haber perdido estas catorce pinturas que formaban parte de nuestro patrimonio cultural».
El P-LIB coincide con las diversas organizaciones de la sociedad civil, como la entidad cívica Cercle Obert, que reclaman la búsqueda y recuperación de los cuadros extraviados, así como el cese de todos los responsables de su pérdida, y la creación de una comisión que investigue todas las irregularidades que se han generado durante el proceso. Cabe recordar, que esta no es la primera vez que salta a los titulares la pinacoteca valenciana. El museo San Pío V está sobre la mesa de toda la comunidad cultural desde hace años por su pésima gestión y por una dejadez que va más allá de su carácter de pinacoteca, ya que pasa por el abandono absoluto de todas sus instalaciones, junto a la falta clamorosa de profesionalidad en sus cargos directivos. Paz Olmos, directora del museo, carece de formación artística alguna y aún no ha dado explicaciones sobre las desapariciones o sobre el estado de completa desatención en el que mantiene la institución.
«Los liberales —ha afirmado Marín— reiteramos nuestra apuesta por la privatización total de la gestión, manteniendo el patrimonio a la disposición de los valencianos, lo que haría del museo una entidad respetuosa con las obras que custodia y preocupada por su conservación, restauración y promoción», porque, ha señalado, «las obras de arte no deben conservarse en fríos almacenes porque el arte es un activo cultural generador de riqueza para todos los ciudadanos que lo disfrutan».