El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su máxima preocupación y su extrema repulsión por las brutales agresiones que se están sucediendo en Rusia en los últimos días contra numerosas personas, simplemente por reconocer su homosexualidad. Los liberales reiteramos nuestra más absoluta condena a las leyes liberticidas y homófobas promovidas por el Ejecutivo ruso y en algunos casos aprobadas ya por la Asamblea Federal. Estas leyes, según denuncian diversas organizaciones rusas, están animando a los grupos violentos a cometer actos de barbarie contra las personas homosexuales. Con frecuencia las agresiones se amparan en la connivencia o la inacción deliberada de agentes del orden y de representantes de la administración de Justicia. Los liberales instamos a todas las instituciones rusas y en particular al presidente Putin y al gabinete que preside el primer ministro Medvédev a proteger efectivamente los derechos individuales y la integridad física y psicológica de todos los ciudadanos con independencia de su orientación sexual. El P-LIB ha enviado hoy una carta al embajador ruso para hacerle llegar esta exigencia.
El P-LIB solicita igualmente al gobierno español que ofrezca refugio humanitario a las víctimas que de forma evidente corren grave peligro en Rusia, y asilo político a los activistas por los derechos de las personas LGTB que a causa de su labor se encuentren perseguidos de iure o de facto en ese país. Pedimos al ministro García-Margallo la más firme presión diplomática a Moscú en defensa de los derechos individuales vulnerados.
Ignacio García Medina, miembro del Comité Ejecutivo Federal del P-LIB (donde desempeña la función de Secretario de Formación), ha declarado hoy que «la defensa de la libertad no entiende de fronteras, gobiernos, religiones ni ideologías y la última frontera, quizás la más delicada e importante de todas, es la de qué decidimos hacer con nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos». «Tenemos que defender esta frontera, no podemos ceder ni un centímetro porque nos va en ello la dignidad y la vida», ha concluido.