El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) denuncia el despilfarro de Red.es y de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, al costear el Programa de Mentoring en Comercio Electrónico: más de diez millones de euros a fondo perdido para proyectos de e-commerce por valor de treinta mil euros cada uno. Como ocurre siempre con la planificación centralizada de las actividades económicas, este programa es en realidad una burda manera de desviar fondos públicos para beneficio de unas cuantas empresas consultoras agraciadas por Red.es con el estatus de «colaboradoras» de la entidad. Según la información oficial publicada por la propia Red.es y en el Boletín Oficial del Estado, la mayoría de los fondos –veinte mil euros por subvencionado– se emplearán de forma obligatoria en la contratación de una de esas empresas «consultoras» durante nueve meses. Al mismo tiempo, personas consultadas por el P-LIB han encontrado en su investigación de asunto una gran opacidad estatal que dificulta sobremanera conseguir los nombres de las empresas que en el ejercicio anterior se beneficiaron de esta carísima consultoría a cargo del contribuyente. No hubo manera de conseguir que Red.es les facilitara los nombres de esas empresas. La sorpresa fue aumentando al rastrear en Internet las operaciones y averiguar que algunas de las empresas “homologadas” por Red.es como consultoras expertas en asesorar sobre e-commerce cuentan con escasa presencia online, sus perfiles en redes sociales llegan apenas a unos cuantos seguidores y su actividad es aparentemente casi nula, publicando meras reproducciones de noticias relacionadas con Internet pero sin que se note actividad o interacción apreciable. Pero, sobre todo, lo que más llama la atención es que entre ellas hay empresas que, aparentemente, nada tienen que ver con el sector del e-commerce y de la asesoría en esta materia, sino que pertenecen al ámbito de la programación informática y del hardware en el mejor de los casos, cuando no están vinculadas a otro tipo de actividad completamente ajena a la venta online, como por ejemplo infraestructuras, redes, etcétera. También se encuentran empresas que aunque sí llevan en su carta de servicios productos relacionados las tiendas online, se orientan claramente, siempre, a proyectos económicos ligados a diferentes estructuras del Estado, lo que esgrimen como argumento de venta de su valía.
Los liberales del P-LIB cuestionamos la distorsión de la economía como consecuencia del empeño por parte del Estado y de sus gestores de planificar la actividad económica en nuestro país. Y nos indignamos antes estas prácticas nada éticas con cargo al bolsillo del contribuyente. El P-LIB considera que gastarse el 75% de los diez millones de euros asignados al Programa de Mentoring en una dudosa consultoría impartida por estas empresas «agraciadas» es una pésima utilización del dinero público, cuando no algo peor. Recordemos que en el mercado libre de Internet existen herramientas gratuitas o con costes mínimos, de apenas unas decenas de euros, que ayudan a cualquier emprendedor sin demasiados conocimientos en esta materia a montar una tienda online y otras que le ayudan a hacer estudios y análisis de su potencial mercado. Al mismo tiempo, el uso de software libre tipo Prestashop y similares, junto con las comunidades y foros de debates y ayuda online entre usuarios con experiencia real en montar tiendas virtuales, es infinitamente más efectivo y gratuito o de precio irrelevante. Este gasto público envía una señal equivocada al propio emprendedor que, sabiendo que no debe devolver el dinero, muchas veces tomará decisiones poco o nada meditadas, pues no le costará a él el fracaso, sino a todos nosotros, los contribuyentes. El caso del Programa de Mentoring de Red.es es uno de los muchos casos que demuestran sin lugar a dudas que el despilfarro del dinero público, nuestro dinero al fin y al cabo, es el resultado directo de un exceso de estado. Roxana Nicula, Secretaria de Acción Ciudadana del P-LIB ha declarado que “sólo mediante la reducción del peso del Estado en nuestras vidas reduciremos el poder discrecional de los gestores estatales y pararemos el despilfarro para emprender el camino hacia la prosperidad de cada ciudadano». «Prácticas tan indignas como este gasto absurdo se repiten a todos los niveles de este Estado gigantesco y en todos los sectores, y los soportamos entre todos», ha añadido, recordando que «en el modelo de sociedad libre defendido por los liberales, la prosperidad siempre acaba beneficiando al conjunto de forma directa o indirecta, gracias a la libre interacción entre personas en el orden espontáneo, sin violencia ni engaño, recursos éstos que los colectivistas, en cambio, emplean a diario contra los ciudadanos mediante este hiperestado asfixiante.”