Ante la huelga indefinida con que ha comenzado el curso escolar en Baleares, el Partido de la Libertad Individual (P-LIB) se pronuncia en contra de la intervención pública en la educación. Los liberales denunciamos la situación insostenible en la que nos encontramos a causa del colectivismo, tanto por parte del gobierno de las islas como del colectivo de docentes. Es del todo incomprensible que se imponga un modelo educativo único para todas las instituciones educativas y como consecuencia se limite la capacidad de decisión de los padres sobre qué tienen que aprender o cómo quieren educar a sus hijos.
El P-LIB defiende un sistema educativo liberalizado, donde cada institución educativa pueda decidir qué materias desea impartir, la lengua vehicular que se utilice o el coste que tenga dicha educación; donde el único papel del Estado sea el de supervisar el sistema y proveer un sistema de cheque escolar para las familias que por motivos económicos no puedan acceder a la educación. Los liberales también defendemos la decisión de las familias que deseen educar a sus hijos en casa. La libre competencia en materia educativa generaría un beneficio del que todos los individuos que forman parte de la sociedad civil se verían beneficiados gracias a una mayor oferta educativa, de mayor calidad y a un coste inferior.
Los liberales defendemos que sería más lógico que los auténticos responsables de los niños, es decir sus padres, pudieran determinar libremente qué educación quieren para ellos. Sería más sensato devolver de una vez por todas a la sociedad civil el sistema educativo. La sociedad balear no debe someterse a una huelga indefinida de docentes donde los primeros afectados son los estudiantes, ni tampoco a las decisiones tomadas en materia de educación por cargos políticos que se enriquecen a costa de la sociedad y que han demostrado fervientemente su incapacidad para gestionar la evolución de las islas.
Gabriel Le Senne, Coordinador General de Baleares, ha declarado que “en el sistema que proponemos, cada familia podría escoger libremente el centro que más se adaptara a las necesidades de sus hijos. Los colegios se adaptarían a las diferentes demandas de su clientela, como sucede en todos los sectores económicos que aún no han sido tan asfixiados por el intervencionismo estatal o que fueron devueltos a la sociedad civil. De este modo dejaríamos de lado luchas absurdas por imponer un modelo único a toda la sociedad.”