Una vez iniciado el cursoe scolar, el Partido de la Libertad Individual (P-LIB) de la Comunidad Valenciana desea expresar su visión de la educación obligatoria y mostrar que otra forma de recibir educación es posible. Consideramos que la educación de los niños es fundamental y por este motivo, la administración pública debería dejar a los padres la capacidad para gestionarla según sus preferencias. Abogamos por una educación universal privada, donde los padres tengan la libertad absoluta para decidir el tipo de formación para sus hijos, sin la intervención de la administración pública. Según Francesc Roig, de la Ejecutiva del P-LIB valenciano, “esto sólo se puede conseguir mediante una reducción drástica de impuestos, dejando una mayor disponibilidad económica a las familias para escoger la educación que prefieran”. «Todas las familias deberían poder elegir el colegio y el tipo de educación sin importar su nivel económico», afirma Roig, señalando que «en la actualidad, la libertad para elegir colegio está reservada a aquellos dispuestos a pagar un colegio concertado o privado, mientras las familias con menos recursos, obligatoriamente deben acudir a colegios públicos donde no pueden elegir el tipo de educación: no pueden elegir, por ejemplo, si la quieren laica o religiosa, ni el idioma en el que recibir la educación». Roig recuerda que los liberales “proponemos la creación del cheque escolar para aquellas familias que no puedan costearse el colegio de sus hijos, facilitando que el colegio elegido sea acorde a sus preferencias”.
Los liberales abogamos por una mayor libertad de cátedra. Cada centro debería poder elegir el tipo de educación que desea impartir y adaptarla en función del ideario propio del colegio, sea cual sea. Hoy el Estado (central o autonómico) lo regula todo y se inmiscuye incluso en incluso las horas para cada asignatura, en la lengua vehicular o en la imposición de materias con contenido ideológico como Educación para la Ciudadanía, que es una forma de encauzar un posible adoctrinamiento que después varía según la opción ideológica de cada administración pública.
La plena devolución de la actividad educativa a la sociedad civil ajustaría la oferta a la demanda real de cada modelo lingüístico y a la libre y espontánea evolución de las preferencias de las familias. Por último, los liberales reiteramos nuestro apoyo al derecho innegable de quienes optan por la educación fuera de los canales convencionales, incluyendo el homeschooling, donde los padres quieren ser ellos mismos o alguien de su confianza, los encargados de transmitir la educación que quieren para sus hijos.