El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) observa con consternación el freno a la competitividad y al libre comercio en las Islas Canarias ocasionado por los costosos trámites de declaración aduanera de importación (conocida como DUA, Documento Único Administrativo), así como el anacrónico arancel llamado AIEM (Arbitrio a la Importación y Entrega de Mercancías). Estos trámites encarecen cualquier importación y exportación de mercancías en el archipiélago, ya no sólo por el importe de los propios impuestos, sino por la compleja burocracia asociada a cualquier simple importación. En muchos casos es necesario desplazarse físicamente a la Administración Tributaria Canaria para desbloquear la retención de las mercancías. Esto es así no sólo para las empresas, sino de forma mucho más lacerante para los consumidores. Los ciudadanos ven cómo los gastos fijos a veces superan el valor de la propia mercancía comprada. La más evidente demostración de esto es que empresas como Amazon, Nike o Apple, que venden sin problema en todo el mundo y satisfacen las necesidades de millones de consumidores, se desentienden de los gastos de envío o directamente no sirven pedidos a las Islas Canarias por el coste y la inseguridad jurídica derivados de lidiar con la enmarañada legislación fiscal canaria.
Los liberales creemos que el proteccionismo arancelario siempre ha sido una traba para un próspero desarrollo de la economía, pero además consideramos que es especialmente ridículo en la actualidad, ya que vivimos en un mundo globalizado y en el que, gracias a Internet y el comercio electrónico, estas medidas quedan totalmente en evidencia y deberían sonrojar a los políticos del Gobierno de Canarias que las defienden. Desde el P-LIB consideramos que estas leyes sólo benefician a empresarios ineficientes y cercanos al gobierno, y que sirven para mantener un cuerpo funcionarial gigantesco que desempeña funciones totalmente irrelevantes con la única consecuencia de encarecer toda clase de productos, impedir la libre circulación de mercancías y anquilosar la economía de las islas.
El P-LIB ha iniciado en Canarias una campaña de comunicación para denunciar este asunto. Además, tanto en nuestras habituales reuniones abiertas, como con el reparto de folletos en las calles, informaremos al público de las nefastas consecuencias de estas medidas, reclamando a su vez a las autoridades una abolición total o, por lo menos, una simplificación drástica de estos trámites, para que Canarias pueda volver a ser una referencia en cuanto a libre comercio. Esa fue en el pasado una gran fuente de prosperidad para las islas. En declaraciones de Ignacio M. García Medina, Coordinador General del P-LIB canario, “es absurdo, en la era de Internet y de la globalización, mantener trámites presenciales y enrevesados que cuestan dinero, tiempo y quebraderos de cabeza a personas que tan sólo quieren comerciar libremente”.