El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) deplora la decisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, de promover una modificación de la actual ley antitabaco para prohibir también el cigarrillo electrónico en todos los lugares cerrados (incluidos los de titularidad privada abiertos al público). El P-LIB reitera su máximo compromiso de absoluto respeto a la propiedad privada y reclama al Ministerio de Sanidad que se modifique la actual ley antitabaco, pero para permitir el ejercicio del derecho a la propiedad privada que esta ley conculca. Rechazamos de plano las pretensiones prohibicionistas del Estado más allá del ámbito estricto de sus edificios públicos.
Consideramos ilegítimo que las normas estatales rijan también los edificios y locales privados. Deben ser los dueños de éstos quienes decidan libremente si permitir o no el consumo de estas u otras sustancias en sus propiedades, como les corresponde a ellos y no al Estado decidir sobre cualquier otra norma interna de conducta a la que condicionen la permanencia de los clientes en sus establecimientos.
Asimismo, el P-LIB vuelve a denunciar el insufrible dirigismo paternalista de las medidas acordadas por el Parlamento Europeo, que entre otras cosas prohibirá los cigarrillos de sabores o que los cartuchos de los cigarrillos electrónicos contengan más de 20 mg/ml de nicotina.
Todas estas medidas son la preparación del terreno para vetar el cigarro electrónico más aún que el tabaco, con la justificación, una vez más, de proteger al individuo de sí mismo y sustituirle en sus responsabilidades individuales, algo que resulta todavía más absurdo si tenemos en cuenta que el vapor inhalado de los cigarrillos electrónicos, compuesto por propilenglicol, glicerina y, en su caso, nicotina, es infinitamente menos perjudicial que el humo del tabaco, que, además de la nicotina, contiene numerosas sustancias cancerígenas. Este veto conllevará, una vez más, pérdidas millonarias para las empresas de un sector floreciente, y reducirá la libertad para los ciudadanos, ya de por sí castigados por un marco socio-económico hiperregulado y fiscalmente asfixiante. Javier Abellán, miembro del Comité Ejecutivo Federal del P-LIB, ha declarado que «no es sorprendente la respuesta regulatoria del Hiperestado al cigarrillo electrónico, aunque es inusualmente rápida» y que «lo que provocará es una total ausencia de respeto hacia las instituciones públicas, la misma falta de respeto que éstas muestran hacia los derechos inalienables del individuo«.
Artículo de Óscar Timón, Portavoz Económico del P-LIB:
El cigarrillo electrónico y el principio de precaución