El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su profundo rechazo a las huelgas del personal sanitario llevadas a cabo este mes en Galicia. Agrupados bajo la consigna de un rechazo total a la privatización de determinados servicios que pasarán a convertirse en Áreas de Gestión Clínica, los empleados sanitarios han salido a las calles para promover la continuidad de un modelo sanitario basado en la coacción sobre la sociedad civil, el abandono de la excelencia y el derroche continuado de recursos. No se manifestaron por la calidad de la sanidad cuando, por ejemplo, se acentuó el problema de las listas de espera. Y ello pese a que éstas provocan con frecuencia situaciones irreversibles en el estado de salud de muchos pacientes. Por el contrario, sí salen ahora a la calle con la pancarta de la «calidad de la sanidad», pero espoleados en realidad por el deterioro salarial debido a los actuales recortes presupuestarios. Frente a todo ello, nos encontramos con la paradoja de que más del 80% de los empleados públicos prefieren la asistencia privada. Es decir, los sectores que auspician y promocionan este tipo de manifestaciones son los primeros usuarios de la sanidad privada.
José Manuel Patiño, Coordinador Provincial del P-LIB coruñés, ha declarado que «la posición del P-LIB frente al engaño y al expolio masivo que entraña la sanidad pública es clara: abogamos por una verdadera privatización de los servicios sanitarios que conlleve un aumento de la competencia y, por ende, de la eficiencia y de la calidad de atención, el reconocimiento y valoración de los buenos profesionales y un abaratamiento de los costes de los citados servicios». Ante el manido eslogan de «el paciente no es un cliente», Patiño ha recordado que «las exigencias económicas del personal sanitario ante los recortes obedecen al hecho fundamental de que dicho personal extiende y cobra una factura mensual en forma de nómina por los servicios sanitarios que presta». «Parece claro entonces —ha afirmado— que todos y cada uno de nosotros, además de pacientes, somos clientes, por cuanto pagamos una factura por nuestra atención sanitaria». «El P-LIB, único partido que promueve la plena libertad individual, la defiende también a la hora de elegir a quién pagar esas facturas por los servicios médicos«, ha señalado, concluyendo que «una sanidad estatal es tan inadecuada como lo sería nacionalizar las empresas alimentarias esgrimiendo que sus dueños hacen negocio con nuestra vital necesidad de alimento».