Los datos del paro no justifican ninguna alegría

Óscar TimónEl Partido de la Libertad Individual (P-LIB) ve datos positivos en la última encuesta de la Encuesta de Población Activa (EPA), pero alerta del triunfalismo en el que está cayendo el gobierno del Partido Popular. Entre los datos positivos, cabe destacar que se percibe cómo el sector privado ha dejado de destruir empleo, y que puede crearlo en 2014 si las circunstancias internacionales se mantienen. Pero la encuesta presenta elementos preocupantes como la bajada de la población activa, el descenso del número de trabajadores o el pase de los empleos a tiempo completo hacia los de tiempo parcial. Los conservadores están vendiendo el freno de la destrucción de empleo o la caída de la prima de riesgo como muestra del éxito de sus políticas. Nada más lejos de la realidad. Los liberales denunciamos que la mejora de la economía española no se debe al PP, sino que se ha producido a pesar del mismo. No sólo eso, las políticas socialdemocrátas del ejecutivo de Mariano Rajoy en materia económica son el mayor peligro que tiene la incipiente recuperación de nuestra economía.

Si desgranamos los supuestos brotes verdes que vende el Ejecutivo, el panorama es desolador. La bajada de la prima de riesgo se debe al respaldo del BCE a la deuda de los países europeos con problemas y a las masivas inyecciones de liquidez del Banco de Japón, que han provocado una caída espectacular de las primas de riesgo en todo el mundo, lo que ha llevado, por ejemplo, la prima griega por debajo de los setecientos puntos aunque el país está quebrado. El freno a la destrucción del empleo privado se debe tanto a que hay empleos demasiado productivos para ser destruidos como al tirón del sector exterior, apoyado por el aumento de la demanda internacional. La corrección del déficit exterior, que ya se inició con Rodríguez Zapatero, tampoco tiene mucho que ver con los esfuerzos de este gobierno ni del anterior, sino con el duro ajuste del sector privado y con la recuperación económica de buena parte del mundo.

Si miramos los mayores riesgos de la economía española, el  gobierno está detrás de todos ellos. Primero, el abultadísimo déficit público, que se ha enquistado en los entornos del 7% y que supone un elevado riesgo de quiebra si el BCE retira su apoyo. En segundo lugar, la tremenda rigidez del mercado laboral, con una legislación heredada del franquismo, que apenas ha variado con la última reforma laboral —la única medida positiva que ha adoptado el gobierno, pero muy insuficiente—. En tercer lugar, los elevadísimos impuestos que ahogan al sector privado, evitando que pueda ahorrar para cambiar el modelo productivo y reducir su elevado endeudamiento de forma rápida. En cuarto, las trabas al emprendimiento en forma de toneladas de regulaciones absurdas que asfixian a las empresas y a los autónomos tanto a la hora de crear nuevos negocios como en el desarrollo de los mismos. Y, por último, el brutal intervencionismo en los sectores llamados «estratégicos», como el eléctrico, que nos llevan a tener una de las electricidades más caras de Europa

El gobierno ha apostado todo a no hacer nada en el interior y esperar que la recuperación le venga de fuera. Aparentemente la jugada le está saliendo bien ya que, sin hacer ninguna reforma de calado, el sector exterior, incluido el turismo, está tirando de la economía española. Pero los liberales alertamos al gobierno de que seguir engordando la deuda pública y esperar a que nos salve la recuperación económica mundial nos hace muy vulnerables a las turbulencias internacionales. El P-LIB ve riesgos considerables en países desarrollados como Francia o Japón, y también en numerosos países emergentes, no sólo en los que aparecen últimamente en la prensa como Argentina o Turquía, sino en países tan importantes como India o Brasil. Sin hacer reformas que liberalicen la economía, España se dirige, en el mejor de los casos, a un estancamiento económico de muchos años con una elevada tasa de paro, y en el peor, a la quiebra.

Los liberales pedimos una reforma laboral de verdad que permita la libre negociación entre empresarios y trabajadores y que nos aproxime a sistemas laborales mucho más libres como pueden ser el danés o el estadounidense. El P-LIB propone una serie de medidas de choque que permitan al sector privado generar empleo de verdad y de forma sostenible. Estas medidas son:

  • Contrato libre. El derecho laboral no defiende los derechos de los trabajadores sino que los esclaviza ya que les impide pactar libremente sus condiciones de trabajo. Desde el P-LIB proponemos convertir el derecho laboral en dispositivo de forma que prevalezca la libre voluntad de las partes. Esto supone el fin de los convenios colectivos obligatorios y de un salario mínimo que condena al paro a aquellos trabajadores que no puedan generar más de 14.000 euros anuales, perjudicando gravemente a muchos jóvenes sin experiencia laboral que se ven privados de la posibilidad de conseguirla.
  • Eliminación de las subvenciones a la patronal y a los sindicatos, así como suprimir los liberados sindicales. Estos liberados son un coste que deben pagar los otros trabajadores y la empresa de forma obligatoria. Si algunos trabajadores y empresarios quieren representación que la sufraguen directamente pero no obliguen a los demás a sufragarla también.
  • Reducción drástica de los impuestos que afectan más directamente al trabajo. Al igual que un impuesto a determinados productos como el tabaco reducen su consumo, también los impuestos al trabajo reducen el número de trabajadores. Especialmente dañino es el IRPF que debe ser reducido drásticamente junto con la drástica reducción del gasto público. También es necesario reducir la cuota de autónomo que  no es más que otro impuesto al trabajo. Así como reformar las cotizaciones sociales para avanzar en la capitalización del sistema de pensiones.
  • Liberalización de la economía. El empleo no se puede recuperar de forma sostenible sin liberalizar todos los sectores intervenidos, incluidos los llamados «estratégicos», eliminando la maraña de regulaciones.


En palabras de Óscar Timón, Portavoz del P-LIB en materia de Economía, “no abandonaremos los primeros puestos del paro en el mundo si no liberamos las fuerzas productivas de la economía, librando a los españoles de la opresión a que les somete su casta política”.

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