El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera una chapuza la llamada reforma fiscal aprobada por el gobierno. Los liberales apoyamos las bajadas de impuestos que contiene esta reforma y nos oponemos a las subidas que también forman parte de ella. En líneas generales, en esta reforma se incluyen bajadas en el IRPF (aunque frecuentemente compensadas con la eliminación de deducciones), pero hay notables excepciones como rentas altas, ahorradores, trabajadores despedidos, inquilinos, etcétera. Y hay también una subida del IVA de los productos sanitarios y probablemente subidas en el impuesto de sociedades.
Entre los numerosos defectos de lo presentado por el gobierno, lo primero que destacamos es su falta de ambición. Como ya suponíamos, el gobierno ha renunciado a cumplir su programa electoral en materia de impuestos y pagaremos más impuestos al final de la legislatura que al principio. Sólo en el IRPF, y no para todos los contribuyentes, la situación parece volver más o menos al año 2011. En segundo lugar, la reforma no va acompañada de la reducción del gasto público, por lo que el gobierno se encomienda a una recuperación de la economía mundial más fuerte de la esperada o a aprovechar la burbuja de deuda pública para seguir aumentando el endeudamiento del Estado más allá de los objetivos de déficit. En tercer lugar, es muy sospechoso que la parte más sustancial de la rebaja fiscal se haya dejado para después de las Elecciones Generales, por lo que realmente se convierte en una promesa electoral del PP (promesa de la que la experiencia nos invita a desconfiar), al mismo tiempo que sí se aplica las subidas de impuestos ya desde 2014. Y, por último, no entendemos la inquina de este gobierno contra el ahorro: casi todos los ahorradores pagarán más impuestos que en 2011, cuando el ahorro es vital para sanear una economía tan endeudada como la nuestra.
En definitiva, según señala el Secretario de Política Económica del P-LIB, Oscar Timón, «el gobierno del PP terminará la legislatura con unos impuestos sustancialmente más altos que al comienzo de la misma». A pesar de que la situación es ahora previsiblemente mejor que en 2011, cuando el PP prometió bajar los impuestos, Timón recuerda que «el gobierno de Rajoy mantendrá los impuestos notablemente por encima de como los dejó Zapatero, y además nos promete que si renueva gobierno seguiremos pagando más impuestos en su segunda legislatura de los que pagábamos antes de que el PP llegara al poder». «No nos debe extrañar esto de un partido como el PP, o como alguna de las marcas blancas que surgen de él, ya que cuando prometen bajar impuestos no aparejan a esa medida ninguna bajada del gasto que haga creíble la propuesta», indica el responsable de Economía de la formación liberal. Particular mención merece el hecho de que no se avanza en la imprescindible simplificación tributaria, en un país cuyo laberinto fiscal es motivo de confusión, errores, sanciones y hasta inseguridad jurídica.
En contrapartida al programa económico plenamente socialdemócrata del PP, el P-LIB propone una bajada drástica de los impuestos y su necesaria contrapartida, una bajada drástica del gasto público. El IRPF que deseamos los liberales es el de un único tramo del 0%, y consideramos viable alcanzar gradualmente esa completa eliminación del mencionado impuesto en un plazo de entre una y dos legislaturas, en el marco de una profunda reforma económica que devuelva a la sociedad civil los servicios que el Estado actualmente provee. El IRPF no sólo supone un ataque a las bases de la creación de riqueza (el trabajo y el ahorro), sino también una intromisión intolerable del Estado en la vida privada de los ciudadanos.