El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su completo rechazo a la compra de deuda pública anunciada por el BCE. Esta Quantitative Easing (QE) europea, que supone aumentar la cantidad de euros en circulación de forma similar a las adoptadas por EEUU, Japón o el Reino Unido a lo largo de la crisis, permitirá al BCE comprar sesenta mil millones de euros al mes en activos, por lo menos hasta septiembre de 2016. El programa a corto plazo sólo servirá para dos cosas: que los gobiernos se financien aún más barato siguiendo su política de despilfarro, y que los bancos ganen dinero sin asumir ningún riesgo. En el largo plazo, cuando las economías se recuperen y se saneen, será la base de una nueva burbuja, de nueva inflación y de nuevas inversiones disparatadas.
Los argumentos esgrimidos para implantar este plan, la lucha contra la deflación y el estímulo del crédito, son absolutamente falaces. La mínima deflación actual es consecuencia de la caída del precio del petróleo y, sobre todo, de la destrucción de parte de la enorme cantidad de crédito creado durante la burbuja, es decir, es consecuencia de la propia actuación del BCE en el pasado. En cuanto a que esta medida estimule el crédito también es falaz ya que nada indica que los bancos usen este dinero para conceder créditos cuando actualmente tienen dinero depositado en el banco central a interés negativo. Óscar Timón, Vicepresidente y Secretario de Política Económica del P-LIB, ha declarado que «estimular a los bancos a que presten a empresas y familias insolventes es volver a la época de la burbuja y de las subprime«. Por ello, según Timón, «la solución a una gran crisis de deuda y malas inversiones no debe ser más deuda y más malas inversiones.»
El P-LIB pide la dimisión de Mario Draghi. Se ha demostrado que el presidente de un banco público es invariablemente un político al servicio de los gobiernos. Draghi ya ha demostrado en el pasado su habilidad para engañar a los europeos cuando rescató de facto a gobiernos como el de España sin hacer explícito el rescate. Ahora se asegura un puesto en la historia como salvador de Europa ya que no retirará los estímulos hasta que se recupere la inflación, y esta no se recuperará hasta que lo haga la economía, por lo que podrá vender que su gestión sacó a Europa de la crisis cuando en realidad está sembrando las semillas de la siguiente crisis.
Los políticos europeos aplauden la política del BCE y señalan que medidas similares han tenido un gran éxito en EEUU. Pero, como es habitual, sólo es una excusa ya que obvian que Japón ha realizado esa misma política durante décadas y sigue en una crisis que dura ya 25 años o que las verdaderas causas de la recuperación de EEUU están fundadas en su revolución energética, en un Estado menos depredador de la riqueza de sus ciudadanos y en la flexibilidad de su economía. Si nuestros políticos quieren emular a EEUU que empiecen por copiar su libertad económica, así como su nivel de impuestos, y que también reduzcan el tamaño del Estado al nivel americano. Pero no, lo que quieren es una gran operación que les permita endeudarse aún más barato y poder seguir con sus gigantescos déficits, a costa del futuro de los europeos que no les importa lo más mínimo, ya que no gobernarán cuando sus medidas generen la siguiente recesión.
El P-LIB defiende el fin de este órgano político de planificación central que solo sirve para manipular los tipos de interés, dar privilegios al sector bancario, provocar burbujas seguidas de crisis y financiar a los gobiernos a costa de los ciudadanos europeos.