El Partido Libertario (P-LIB) condena el autogolpe perpetrado por Nicolás Maduro, mediante el cual se suprimía de hecho a la Asamblea Nacional venezolana, aunque el dictador comunista se esté viendo obligado a dar pasos atrás. El parlamento, que a pesar del permanente acoso al que es sometida la oposición, tiene mayoría de opositores al régimen, había sido despojado de sus competencias por el Tribunal Supremo de Justicia, órgano elegido por el ejecutivo que Maduro preside, y que pretendía reservarse para sí mismo las funciones parlamentarias. Lo que en la práctica hubiera dejado en manos de Maduro el control de todos los poderes, ejecutivo, judicial, y legislativo.
Evidentemente, Maduro no está retrocediendo de buen grado, ni porque tenga el menor deseo de preservar la separación de poderes. Se está viendo obligado por la presión internacional y la resistencia interna. Una muestra de que la actitud útil para frenar al totalitarismo no es ofrecerle concesiones con la vana esperanza de apaciguarlo, sino hacerle frente sin ambages. Se trate del totalitarismo comunista, como ahora, o de cualquier otro. Sea el caso de Venezuela, con Maduro, o de España, con sus aliados chavistas. Es habitual que los políticos comunistas defiendan públicamente determinadas libertades para seducir al mayor número posible de personas, como hace Podemos en su programa electoral. Una mera estrategia, que mantienen mientras les sea útil para acaparar poder. Cuando ya lo tienen, cercenan libertades que antes defendían y silencian a la oposición, cuando no la liquidan físicamente.
En relación a lo ocurrido en Venezuela, Juan Pina, Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Libertario ha declarado lo siguiente: «Los libertarios reclamamos al gobierno español la máxima contundencia contra el tirano Maduro. Es el momento de ejercer sobre el régimen toda la presión internacional». Y añade: «No podemos contentarnos con que Maduro dé tímidos pasos hacia atrás, su régimen debe caer, y dar paso a la Libertad en Venezuela».