El Partido Libertario (P-LIB) observa con indignación la detención del expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ubicada dentro de una investigación sobre el uso del Canal de Isabel II para financiar campañas del PP, adjudicación de obras a empresas de familiares, y sobrecostes en la adquisición de empresas en el extranjero.
Los casos de corrupción en el entorno de Esperanza Aguirre no son una novedad para los madrileños. Gran parte de las personas de confianza de la expresidenta se han visto envueltas en casos similares de desviación de fondos públicos, y Granados y otros consejeros se han visto involucrados en diversas tramas de corrupción como Gürtel, Púnica, o las ayudas a Ausbanc.
Los libertarios sabemos que el problema de la corrupción tiene solución: disminuir el poder de los políticos, reducir los enormes presupuestos que manejan y quitarles capacidad de decisión discrecional. En una sociedad en la que para hacer negocio hay que pasar por el Estado, no podemos sorprendernos de que la compra del favor de sus gestores, los políticos, se convierta en práctica habitual.
La corrupción no se va a arreglar cambiado de personas o eligiendo “gestores honrados”: es el propio Hiperestado el que es corrupto en su misma esencia. Mantenerlo sólo perpetuará la corrupción, se definan sus gestores como socialistas, socialdemócratas o liberales como Esperanza Aguirre.
La Vicecoordinadora del Partido Libertario en Madrid, Gloria Rodríguez, ha declarado en relación a esta noticia: “El interminable desfile de miembros del Partido Popular ante la justicia es una afrenta para los madrileños. Esto es lo que ocurre cuando se obliga a los consumidores a ser clientes cautivos de empresas que no responden ante un mercado libre, como ocurre con el Canal de Isabel II”. Y añade la dirigente libertaria madrileña: “La negligencia a la hora de gestionar equipos debe tener un coste político. Ante una situación como la que estamos viviendo en Madrid, Esperanza Aguirre debe debe dimitir de todos sus cargos”.