- Un restaurante con aforo limitado a las 0:30 no es menos seguro que a las 21:30. Se trata de una nueva vuelta de tuerca contra la actividad económica y los derechos civiles
- Daniel Martínez “Cuando la pandemia termine se nos va a quedar un Estado totalitario, al que va a ser muy complicado dar marcha atrás”
El Partido Libertario (P-LIB) se opone al nuevo Estado de Alarma en general y al toque de queda en particular, y recuerda que los países que han tenido éxito en la lucha contra la pandemia como Taiwán, no han aplicado toques de queda sino otras medidas que no se están aplicando en España.
Un restaurante con un aforo limitado a las 0:30, por ejemplo, no es menos seguro que el mismo restaurante a las 21:30. Lo que está claro es que esto supone una nueva vuelta de tuerca contra la actividad económica de, entre otros, el sector de la hostelería, aparte de un nuevo ataque a los derechos civiles. De la misma forma, si un grupo de personas realiza actividades poco seguras a las 3 de la madrugada, es evidente que no serán más seguras si debido al toque de queda las realizan a las 3 de la tarde, ya que el problema no es la hora.
Sin embargo, ninguno de los dirigentes españoles, ni en la administración central, ni en las autonómicas, reclama la aplicación de las medidas que sí han funcionado en otros países, como facilitar la realización de tests masivos, rápidos e independientes para conocer realmente qué personas son portadoras del virus.
El Partido Libertario considera que el toque de queda no responde a razones sanitarias, sino a la opinión que tienen los conservadores de todos los partidos colectivistas de que todo el mundo debería estar en su casa a las doce de la noche, y en buena parte al deseo de los socialistas de todos los partidos colectivistas de tener una economía débil y dependiente de la intervención y las ayudas estatales.
Daniel Martínez, Presidente del Partido Libertario, ha declarado que “con la excusa de la pandemia y gracias al control que tienen de los medios de comunicación, los políticos españoles se ven con el poder de aplicar restricciones que no tienen que ver con la crisis sanitaria, como el toque de queda”. Considera Daniel Martínez que “si la prioridad de nuestros dirigentes fuera salvar vidas, aplicarían las medidas que han funcionado en otros lugares. Cuando la pandemia termine se nos va a quedar un Estado totalitario, al que va a ser muy complicado dar marcha atrás”.