Como ha venido anunciando, el Partido de la Libertad Individual (P-LIB) rechaza frontalmente la convocatoria de huelga general y llama a la población a no secundarla.
Las centrales sindicales han quedado profundamente desacreditadas al diferir la jornada de protesta a finales de septiembre. Esta extraordinaria dilación se debe sin duda a la extrema debilidad de los sindicatos, que necesitan tiempo para organizarse y no hacer demasiado el ridículo (como en la reciente huelga de funcionarios) o, mejor aún, para desconvocarla con cualquier excusa, probablemente en pleno mes de agosto.
Pero en cualquier caso, el P-LIB espera que la huelga se vuelva contra los sindicatos porque los trabajadores no participen en ella, y que esto provoque un replanteamiento del papel de los sindicatos en nuestra sociedad. El P-LIB cree legítima la organización de los trabajadores en sindicatos siempre que no sean financiados con el dinero de los contribuyentes, y siempre que no dispongan de privilegios coactivos ni de instrumentos legales excepecionales que legitiman obligaciones, no ya para sus miembros sino para otros trabajadores.
El P-LIB exige al gobierno medidas de seguridad para los trabajadores que decidan acudir a sus puestos de trabajo, así como la garantía del estricto cumplimiento de los servicios mínimos en los transportes y en los suministros energéticos, de tal forma que los sabotajes sindicales no puedan transmitir una falsa impresión de éxito de la convocatoria.
El P-LIB considera insuficiente la reforma laboral del gobierno y exige una auténtica liberalización del mercado de trabajo como único camino posible para acabar con la dualidad laboral. Al mismo tiempo, el P-LIB reitera su propuesta de un sistema de cuentas individualizadas de capitalización a beneficio de cada trabajador, por ser la única garantía real de las indemnizaciones por despido y de las prestaciones por desempleo, así como de las bonificaciones a la reinserción laboral en los casos necesarios.