El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) deplora la decisión del gobierno de subir cerca de un 10 % el recibo de la luz mientras sigue despilfarrando cientos de millones de euros en subvenciones al carbón. La subida drástica de la luz es una medida de índole fiscal que no guarda relación con el libre juego de la oferta y la demanda en el sector energético, ya que tal juego sencillamente no existe a causa de la extrema intervención estatal en el mismo. En momentos de grave crisis económica, el Estado debe adelgazar y renunciar a una parte fundamental de sus ingresos para permitir que todo ese dinero fluya en la sociedad. Son tiempos de rebajar tasas e impuestos, tanto a través de la energía y de los combustibles como en el tipo del IVA y en los tipos de la tributación directa. El gobierno está haciendo justo lo contrario de lo que debe, ahogando las ya muy mermadas opciones de empresas y particulares para consumir, crear, producir, invertir y emplear.
El P-LIB considera un abuso la nueva obligación estatal a las empresas suministradoras de energía eléctrica, que a partir de ahora deberán actuar como chivatas para detectar y denunciar ante el Estado alquileres no declarados. El gobierno socialista sigue empeñado en cazar fantasmas y parece creer que la detección de «bolsas de fraude» y la multa a los infractores van a servirle para salir de la crisis. Precisamente en estos momentos el Estado tal vez debería relajar su celo para ayudar a que las empresas y los particulares salgan adelante y dinamicen la economía, aligerando así, de paso, el coste de su labor de acoso al contribuyente.